El diputado reformista Pedro Botello reveló que estaba desde el 30 de diciembre del año pasado en una cama “apretao’” del pecho, pero que se vio obligado a asistir a las sesiones de la Cámara de Diputados para conocer el proyecto del Código Penal.
Sin embargo, el diputado aclaró que no tiene coronavirus, ya que tiene una prueba PCR negativa y cuestionó los legisladores que han faltado a la sesión en los últimos dos días y si es verídica sus enfermedades.
Alrededor de 45 diputados han faltado en las últimas dos sesiones de la Cámara Baja por la alta tasa de contagios del coronavirus que se han observado desde finales del año pasado.
Ayer, la Cámara de Diputados envió a una comisión especial un nuevo proyecto de Código Penal presentado en la sesión del martes, en la que fue aplazada indefinidamente la versión que se conocía en el hemiciclo.
La comisión a cargo del análisis de esta pieza deberá rendir un informe mañana, explicó el presidente de los Diputados, Alfredo Pacheco, en la sesión a la que asistieron 100 de los 190 miembros.
Al presentar ese nuevo proyecto, el diputado Rogelio Alfonso Genao, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), dijo que se trata de la misma pieza aprobada por el Senado, pero “con unos cambios puntuales” en temas como la familia o la orientación sexual.
Esta iniciativa “no tendría los cuestionamientos de procedimientos” que, a su juicio, presenta el que llegó procedente del Senado.
Los intentos de renovación del Código Penal se arrastran desde hace dos décadas; los dos últimos, en 2014 y en 2016, fracasaron por la cuestión del aborto, ya que el entonces presidente, Danilo Medina, vetó su aprobación por no incluir las tres causales de la interrupción del embarazo.
Los grupos feministas exigen que el aborto se despenalice en tres circunstancias: el riesgo para la vida de la madre, la violación o el incesto y si un feto con malformación no tiene posibilidad alguna de sobrevivir después del parto.
El Código Penal se había presentado como un proyecto “moderno”, que pretendía introducir 69 nuevos tipos penales, entre ellos el feminicidio o la corrupción.
El texto pretende sustituir al actual Código Penal, que data de 1884 y que a los ojos de toda la sociedad dominicana está desfasado.
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