El receptor Antonio Brown acusó este jueves al entrenador de los Tampa Bay Buccaneers Bruce Arians de hacerlo jugar lesionado y sacarlo como un animal en el juego de la semana 17 ante los New York Jets.
“Cedí a la presión de mi entrenador para jugar lesionado. No renuncié, me corrieron. Nunca abandonaría a mis hermanos. Me sacaron como a un animal y me negué a llevar su marca en el pecho, así que me quité el jersey”, escribió el jugador en un comunicado.
Tampa Bay venció en el duelo del pasado domingo 28-24 en casa de los New York Jets. Hacia el final del tercer cuarto, cuando los Buccaneers perdían 24-10, Brown se quitó las hombreras junto con el jersey número 81 y los arrojó al suelo junto al banquillo del equipo.
El jugador describió el diálogo que tuvo previo a esta acción.
“Me senté y mi entrenador vino y me gritó, ¿qué pasa contigo?; le dije, es mi tobillo; él ya lo sabía, habíamos tenido una charla al respecto. Me ordenó que volviera al campo, le dije: “¡No puedo! y en lugar de llamar a atención médica me gritó, ¡Estás acabado!”.
En la conferencia de prensa después del partido Bruce Arians anunció que Brown dejaba de ser jugador de los Buccaneers.
El veterano de 33 años escribió un comunicado en sus redes sociales en el que explicó que arrastraba una lesión en un tobillo de la que tenía conocimiento su entrenador.
“Mi lesión muestra fragmentos de huesos rotos atorados en mi tobillo, el ligamento desgarrado del hueso y pérdida de cartílago, que es muy doloroso. Puedes ver el hueso abultado desde el exterior”, detalla en el comunicado.
Incluso desveló que recibió un medicamento para jugar.
“A pesar del dolor me uniformé, me inyectaron con lo que sé es un poderoso y a veces peligroso analgésico que muchas veces se ha advertido no usar por la Asociación de jugadores de la NFL”.
Antonio Brown salió de los Steelers en 2019 por problemas con el pasador Ben Roethlisberger. Pasó a los Raiders donde se negó a aceptar los cambios que la liga impuso en los cascos para mayor seguridad de los jugadores y dejó al equipo en ese mismo año.
Fue fichado por los Patriots, escuadra que lo cortó por acusaciones de conducta sexual inapropiada. Con Tampa Bay ganó el Super Bowl LV, pero en diciembre de este año fue suspendido tres partidos por falsificar un certificado de vacunación de la COVID-19.
El receptor aceptó los fallos en su carrera, pero consideró que no por ellos merecía el trato que recibió.
“Reconozco mi pasado, pero mi pasado no me convierte en ciudadano de segunda. Mi pasado no excluye mi derecho a ser escuchado cuando tengo dolor”.
Agencia: EFE