INFOBAE.- De nueva cuenta, la empresa de crucero Royal Caribbean Internacional (RCI) decidió cancelar algunas de sus rutas programadas para llegar a México, a causa de un nuevo rebrote de COVID-19. Se trata de cuatro embarcaciones que se supone, al menos dos, tenía progamada su llegada a Cozumel, en el estado de Quintana Roo, en el Caribe mexicano.
Se trata de los barcos llamados Jewel of the Seas y Symphony of the Seas, con salidas programadas para este domingo y para este lunes, respectivamente, mismos que quedaron congelados. Entonces Cozumel peridó en total cuatro llegadas, dos por cada barco.
Asimismo se dio a conocer que el llamado Symphony of the Seas será reactivado hasta el próximo 29 de enero, mientras que Jewel of the Seas será puesto en operación nuevamente hasta el 20 de febrero. Por otro lado, a manera de precaución, Royal Caribbean suspendió también las operaciones de un crucero más llamados el Vision of the Seas, desde el pasado 7 de enero hasta el próximo 7 de marzo, así como el Serenade of the Seas, cancelado desde este 8 de enero hasta el 5 de marzo.
“Como resultado de las circunstancias relacionadas a COVID-19 alrededor del mundo, y tomando medidas de precaución, Royan Caribbean International pausó sus operaciones”, señala un comunicado de la empresa, mismo que enumera a esos cuatro cruceros que resultaron afectados.
Además, RCI advirtió de manera puntual que, debido a la pandemia, todos los viajes que tienen ofertados pueden ser cambiados sin previo aviso.
Cabe recordar que el estado mexicano de Quintana Roo, al que pertenece Cozumel, permanece en color amarillo del semáforo epidemiológico del gobierno federal, a partir de este 10 de enero, debido al aumento de contagios del virus en la entidad. Y es que, de acuerdo con las cifras reportadas por la Secretaría de Salud, en la isla se reportadon un 46% más de casos positivos, por lo que la misma administración estatal ha implementados medidas restrictivas en el aspecto turístico.
México ya supera los 4 millones de contagios y está cerca de las 300 mil muertes confirmadas por COVID-19. Y los focos de mayor contagio, en ese momento, se encuentran en los destinos turísticos como Baja California Sur, en el noroeste, y Quintana Roo, en el Caribe, que han seguido abiertos a los viajeros sin ninguna restricción.
Esta Navidad el malecón de La Paz, capital de Baja California Sur y que al principio de la pandemia se cerró a los paseantes, estaba lleno de turistas y las hermosas playas de la zona se encontraban colmadas.
En Los Cabos, donde se encuentran los principales resorts de turismo internacional, los hoteles estaban al 75% de su capacidad la semana del 25, según la Secretaría de Turismo federal.
“En diciembre el turismo se disparó”, dijo Isrrael Coto, administrativo de un hotel-restaurante en la localidad de La Ventana, unos 35 kilómetros al sureste de La Paz. “La gente está cansada del encierro”.
Los contagios también se dispararon. Según datos del gobierno federal el 29 de diciembre se superaron los 700 casos en el estado frente al máximo histórico de julio que no llegaba a los 580.
En el extremo opuesto del país, Quintana Roo, donde se localizan Cancún y la Riviera Maya, también se registro un fuerte aumento al pasar de 27 casos el 20 de diciembre a 484 infectados ocho días después, aunque todavía no se alcanzó el máximo de 574 de pasado mes agosto.
“Esta nueva variante (ómicron) es muy contagiosa, pero afortunadamente no está demandando de hospitalización ni tenemos casos de incremento de fallecimientos”, dijo el martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
México registró su peor momento de la pandemia hace un año, cuando los hospitales no daban abasto y los fallecimientos por COVID-19 superaban los 1.400 diarios aunque muchos más quedaban sin poder confirmarse con una prueba.
Sin embargo, el número de contagios fue mucho mayor en la oleada del verano, que tuvo su pico en agosto con más de 25.000 infectados en una sola jornada -ahora rondan los 10.000-.
En ningún momento el país cerró sus fronteras ni obligó a pruebas obligatorias de COVID a los turistas que llegaban por vía área aunque sí tenían que rellenar un cuestionario de salud y en muchos aeropuertos y puntos de entrada había personal para toma de temperatura. Las únicas restricciones fueron vía terrestre en la frontera con Estados Unidos que sí quedó cerrada a viajes no esenciales hasta el pasado noviembre.
Coto consideró positivo que los turistas estén regresando a las playas como en la que él trabaja, en el sur de la península de Baja California y a orillas del Mar de Cortés, pero reconoce que existe preocupación por el auge de contagios. “Hay un poco de nerviosismo”, afirmó. “La vacuna ayudó un poquito a que hubiera certidumbre, pero aún así”.
La cautela de la población empezó a notarse el fin de semana de Año Nuevo, explicó Daniela Yepiz, que trabaja de estilista en La Paz. Después del auge de la semana de Navidad para el día 31 se cancelaron muchas citas. “La gente dejó de venir”, comentó.
Según el secretario de Salud, Jorge Alcocer, los últimos estudios parecen apuntar a que, aunque haya nuevas variantes, gracias al efecto de las vacunas el virus podría empezar a aletargarse hasta tener efectos similares a los de un resfriado común. No obstante, subrayó, eso de momento es solo una hipótesis.
El 88% de los adultos mexicanos está vacunado y la tercera dosis ya se inició en ancianos, personal sanitario y maestros.