Los Ángeles (EE.UU.), 28 ene (EFE).- Con el mejor Russell Westbrook de la temporada, Los Angeles Lakers resistieron con mucha dignidad pero finalmente perdieron este viernes frente a los Charlotte Hornets (117-114) en un partido en el que no jugaron LeBron James, Anthony Davis y Malik Monk.
Muy cuestionado desde que llegó en verano, Westbrook sacó hoy pecho, dio su mejor y más agresiva versión y acabó el partido con 35 puntos (12 de 23 en tiro), 4 rebotes y 5 asistencias.
El base estuvo espectacular en el último cuarto con 16 puntos que permitieron a los Lakers imaginar una remontada, pero falló un triple en el último segundo que les habría dado la victoria.
Carmelo Anthony (19 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias) y el joven Austin Reaves (16 puntos y 8 rebotes) encabezaron a un muy sólido banquillo angelino (57 puntos).
Sin LeBron y Davis por molestias leves en ambos casos, los Lakers, que iban perdiendo por 20 puntos en el tercer cuarto, remaron y remaron pero al final murieron en la orilla.
A diferencia de otras derrotas humillantes que han hecho tambalearse a su proyecto para este curso, los Lakers pudieron al menos salir de Charlotte con la cabeza bien alta tras una muy meritoria actuación colectiva.
Por los Hornets, que venían de batir el récord de anotación de la franquicia el miércoles ante los Indiana Pacers (126-158), destacaron Miles Bridges (26 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias), Ish Smith (22 puntos y 5 asistencias), y Terry Rozier y LaMelo Ball (20 puntos por cabeza).
Los Hornets metieron el 51,8 % de sus tiros, no perdieron la cabeza en los momentos más delicados, y dominaron tanto los puntos en la pintura (58 frente a 38) como la anotación al contraataque (17 ante 7).
PÉSIMOS TITULARES
La noche empezó con malos presagios para los Lakers, que se encontraron con un sombrío 9-0 de partida en menos de tres minutos.
Sin tensión defensiva ni indicios de un plan en ataque, el quinteto angelino dio una imagen pésima y los Lakers solo metieron un tiro (un triple de Wayne Ellington) en los primeros siete minutos del encuentro.
Frente a ellos, los Hornets exhibían una gran fluidez en ataque y se dejaban guiar por un Terry Rozier muy inspirado desde el inicio y un Miles Bridges que se paseaba por la zona de los Lakers como si fuera el jardín de su casa (23-8 con 3.28 por jugarse).
Los Lakers se asomaban a la ruina, pero su banquillo acudió al rescate.
Carmelo Anthony y Austin Reaves, dos reservas imprescindibles para los de púrpura y oro, engrasaron el oxidado ataque de su equipo junto a un Kent Bazemore que había desaparecido de la rotación pero que hoy dio un paso al frente cuando más lo necesitaban sus compañeros (21-31).
Los buenos minutos de la segunda unidad angelina continuaron en el segundo cuarto con la un Bazemore sorprendentemente afilado desde el triple (3 de 4 en la primera mitad).
Los Lakers llegaron a ponerse a solo dos puntos tras un esfuerzo encomiable (41-39 con 7.33 para el descanso), pero la historia del primer cuarto volvió a repetirse en cuanto regresó a pista el quinteto titular.
Desconectados y sin actitud, los Lakers volvieron a hundirse ante unos Hornets que salían al contraataque en cuanto veían el mínimo espacio y que contaron con Ish Smith y LaMelo Ball como principales ejecutores.
Las estadísticas al descanso (65-49) mostraron el descalabro de los titulares de los Lakers, que solo metieron 15 puntos entre todos.
ESPECTACULAR WESTBROOK
Los Hornets amenazaron con dinamitar el encuentro en la reanudación al lograr una distancia de 20 puntos, pero entonces apareció Westbrook.
Muy insistente y acertado en sus penetraciones, el base dejó atrás su discreta primera mitad (solo 5 puntos) y revolucionó el ataque angelino con 14 puntos en el tercer cuarto.
Los Lakers habían dado con la tecla al refugiarse en un quinteto bajo y reforzar su defensa.
Además, Anthony se sumó con su puntería a la épica que patrocinaba Westbrook y también sobresalió la entrega de un incansable Reaves, que con un triple consiguió empatar el encuentro (84-84 a falta de 1.36).
El parcial de 22-36 en el tercer cuarto que situó el marcador en 87-85 había dejado tocados a los Hornets.
Sin embargo, Smith y Rozier tomaron las riendas y abrieron una pequeña brecha ante unos Lakers que parecían quedarse sin gasolina (101-91 con 6.11 en el reloj).
Nada más lejos de la realidad, al menos para el hiperactivo Westbrook.
Con 11 puntos seguidos (incluidos dos triples), el base extendió el sueño de los Lakers hasta el último segundo, pero al final no pudo meter el triple decisivo.