Redacción Deportes (EE.UU.), 29 ene (EFE).- Los Golden State Warriors pasaron por muchos apuros este sábado para ganar a unos Brooklyn Nets (110-106) en los que un gran Kyrie Irving se tuvo que multiplicar para suplir las ausencias de los lesionados James Harden y Kevin Durant.
El base, que solo puede jugar los partidos fuera de casa por no estar vacunado contra el coronavirus, firmó su mejor actuación de la temporada con 32 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias.
Irving tuvo además a Patty Mills como escudero de lujo con 24 puntos (6 de 8 en triples).
Andrew Wiggins (24 puntos y 8 rebotes) fue el máximo anotador de unos Warriors en los que Stephen Curry volvió a tener una noche muy complicada en la puntería (19 puntos con 5 de 18 en tiros, 7 rebotes y 8 asistencias).
Más emocionante que brillante (los dos equipos se movieron en torno al 40 % de acierto en tiros), el duelo se decidió a 9 segundos del final cuando el marcador estaba a 107-106 para los Warriors y a Kyrie Irving le pitaron una discutible falta sobre Klay Thompson sin que el balón estuviera en juego, lo que le dio un tiro libre al conjunto local además de la posesión para cerrar la victoria.
El mexicano Juan Toscano-Anderson jugó 11 minutos para los Warriors en los que logró 6 puntos y un rebote.
Esta victoria supone la quinta consecutiva para los Warriors mientras que los Nets extienden su crisis y suman ya cuatro derrotas seguidas.
IDA Y VUELTA
En una noche con muchas estrellas por metro cuadrado fue un actor secundario como Nic Claxton el que, con 5 puntos, protagonizó el arranque del partido (9-11 con 7.36 en el reloj).
Con Stephen Curry desaparecido en ataque (solo metió 2 puntos en la primera mitad), el otro All-Star de los Warriors, Andrew Wiggins, monopolizó el ataque con una espléndida exhibición de recursos que desarmaron a unos Nets timoratos (31-20).
La reacción de los de Brooklyn llegó en el segundo cuarto de la mano de Kyrie Irving y Patty Mills, un dúo muy dinámico que empezó a encontrar grietas en el entramado local (37-33 con 8.59 para el descanso).
Muy astuto y evasivo, Mills metió dos triples seguidos que le devolvieron la ventaja a los Nets.
Pero entonces apareció un aguerrido Otto Porter Jr. que, con 8 puntos en los últimos cinco minutos de la primera mitad, lideró un parcial de 11-4 con el que los Warriors retomaron el mando (54-47).
En una primera parte de idas y vueltas, ninguno de los dos equipos mostró mucho acierto en el tiro aunque los Nets sufrieron especialmente su escasa pericia en el triple (4 de 18).
IRVING SOLO NO BASTA
El conjunto local salió del vestuario con las pilas cargadas y, amparándose en una mejora sustancial de su defensa, amenazaron con decidir el partido muy pronto (66-49 a falta de 9.15).
A los Nets se les empezaba a hacer el partido muy cuesta arriba.
Porter Jr., imponente en sus penetraciones, perforaba la defensa de los Nets una y otra vez mientras que Wiggins seguía anotando con demasiada facilidad.
Entonces resucitó Irving.
El base se echó a los Nets a la espalda, empezó a soltarse en ataque y dio un golpe en la mesa con un triple más adicional para anunciar a los cuatro vientos que los visitantes estaban de vuelta (76-70 a falta de 2.05).
Irving metió 14 puntos solo en ese cuarto y se benefició de la veteranía y solidez de LaMarcus Aldridge, que cerró todos los agujeros del juego interior y dejó muy vivos a los Nets antes del cuarto definitivo (78-76).
Sin embargo, la mala suerte se cebó con Aldridge ya que se torció el tobillo izquierdo y tuvo que dejar el partido nada más comenzar los últimos doce minutos.
Los Warriors cogieron carrerilla con un parcial de 7-0, pero los Nets se aprovecharon de dos pérdidas seguidas de Curry para empatar el partido con un Mills muy crecido (93-93 a falta de 6.17).
Con el marcador moviéndose en ámbitos muy reducidos, un triple de Klay Thompson a falta de 12.5 segundos parecía definitivo (107-103).
Sin embargo, Irving se sacó de la chistera un nuevo y espectacular triple (107-106 a falta de 10 segundos) que llevó al encuentro a un desenlace en el que los tiros libres, y las decisiones arbitrales, sonrieron a los Warriors.