Puerto Príncipe, (EFE).- La ciudad haitiana de Jacmel, en el sur, vibró este domingo con motivo de su carnaval, una tradición que sus habitantes decidieron celebrar este año pese a la grave crisis que afecta a la nación caribeña.
Las calles de la ciudad se llenaron de música y mucho color durante un fin de semana, en el que las comparsas y disfraces fueron los protagonistas.
Niños, jóvenes y adultos se unieron a esta celebración en Jacmel, que celebra la fiesta de carnaval más importante del país.
La ciudad decidió seguir con la fiesta a pesar de que el pasado 5 de febrero el Gobierno de Haití anunció la cancelación del carnaval nacional debido a la grave crisis económica que atraviesa el país.
“El Gobierno, con motivo de las dificultades económicas a las que el país se enfrenta, ha decidido, este año, no organizar un carnaval nacional, sino acompañar varias colectividades que deseen ofrecer a su comunidad fiestas carnavalescas, evaluando los riesgos sanitarios y de seguridad”, afirmó entonces el Ministerio de Cultura en un comunicado.
Haití, el país más pobre de América, arrastra tres años de recesión económica, situación que en parte es consecuencia de la inestabilidad política que vive el país.
La actividad económica se ha resentido en parte por las oleadas de protestas que, en varias ocasiones, paralizaron el país durante meses enteros entre 2018 y 2021.
La violencia de las bandas armadas y la ola de secuestros, que se recrudecieron tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio pasado, también han repercutido negativamente en la actividad de muchas empresas y han contribuido a hundir el sector del turismo.
Las pandillas, que cortan carreteras y atacan a choferes de camiones, también han causado problemas de abastecimiento de combustible y bienes.