AFP.- Tras meses de entrenamiento, los cuatro miembros de la tripulación de la primera misión totalmente privada a la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) están listos para despegar a bordo de un cohete SpaceX el próximo 30 de marzo.
La misión, denominada Ax-1, durará diez días, ocho de los cuales estarán a bordo de la Estación. El lanzamiento se llevará a cabo desde Cabo Cañaveral, Florida.
A bordo van tres empresarios estadounidenses, canadienses e israelíes, que pagaron varias decenas de millones de dólares cada uno. Solo hay un astronauta experimentado, Michael Lopez-Alegria, exmiembro de la NASA que ya ha estado en la ISS.
“No somos turistas espaciales”, aclaró Lopez-Alegria durante una rueda de prensa este lunes. “Realmente no son vacaciones”.
“No van allí para sacar la nariz por la ventana”, dijo Michael Suffredini, jefe de la empresa Axiom Space, organizadora del viaje. “Van allí a realizar investigaciones importantes”.
En total, harán 26 experimentos científicos, algunos de ellos sobre células madre o la salud del corazón, en colaboración con centros de investigación sobre la Tierra. Otra de las pruebas se enfocará en el montaje autónomo de una embarcación en ingravidez.
Estos “astronautas privados están planeando investigaciones con impacto real”, comentó Robyn Gatens, directora de la ISS. La tripulación también aprovechará la oportunidad para traer experimentos de la NASA a la Tierra, lo que, según ella, será “muy útil”, ya que el laboratorio aéreo está algo abarrotado actualmente.
La tripulación, que entrenó con la NASA en Houston y SpaceX en California, operará a bordo del segmento estadounidense de la Estación.
En momentos de las mayores tensiones entre Estados Unidos y Rusia por la situación en Ucrania, López-Alegría indicó que “desearían” poder visitar también el segmento ruso.
Axiom Space ha llegado a un acuerdo para un total de cuatro misiones con SpaceX, y la NASA, que cobra por la estancia, ya ha aprobado formalmente el principio de una segunda, Ax-2.
Para Axiom Space, este es un primer paso hacia un objetivo ambicioso: la construcción de su propia estación espacial.
“Estas misiones nos dan la oportunidad de ensayar a menor escala”, explicó Suffredini.
El primer módulo de esta estación privada debería lanzarse en septiembre de 2024. La estructura se acoplará primero a la ISS, antes de convertirse en autónoma cuando esta última se retire, inicialmente en 2030.
La movida de privatizar la órbita baja es alentado por NASA, que ya no quiere tener que gestionar la operación de una estación, sino contratar los servicios de estructuras privadas, para concentrarse en la exploración lejana.
En 2021, Rusia también envió a novatos a bordo de la ISS: un equipo de filmación para filmar una película allí, así como un multimillonario japonés y su asistente.