Los fiscales que trabajan el en la Operación Discovery ocuparon evidencias de transacciones millonarias en dólares. Adelantaron la ocupación de siete pistolas y una metralleta Uzi, así como unos 400 mil dólares y más de 19.2 millones de pesos en efectivo, 30 vehículos de alta gama y 300 equipos electrónicos, incluyendo teléfonos móviles y computadoras.
Los arrestados en la Operación Discovery operaban varios call centers creados para el cibercrimen y formaban parte de una red criminal que estafaba a estadounidenses.
En distintos allanamientos practicados en el país resultaron arrestados Sucre Rafael Rodríguez Ortiz (Darimán y/o Daria), Máximo Miguel Mena Peña, Emmanuel Castro Ozuna (Billete), Mayobanex Braulio Rafael Rodríguez Fernández, Ángel Rafael Peralta Guzmán, Genaro Antonio Hernández Caba, Pablo Miguel Balbuena (Miguel Ortiz y/o la Válvula) y David Antonio Guzmán Javier.
El Ministerio Público de Santiago, encabezado por el fiscal titular de esta demarcación, Osvaldo Bonilla, solicitará medidas de coerción ante un juez de la atención permanente.
El grupo de arrestados, que sigue ampliándose, enfrenta cargos por diversos delitos, incluyendo la violación a los artículos 59, 60, 258, 265 y 266 del Código Penal Dominicano, los cuales tipifican la complicidad, asociación de malhechores y la usurpación de funciones y el 405 que condena la “estafa”.
También, por violación a las disposiciones de los artículos 2, 4 de la Ley 155-17, sobre Lavado de Activos en perjuicio del Estado dominicano y 14 y 15 de la Ley 53-07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, que tipifican la obtención ilícita de fondos y la estafa a través de medios informáticos, telemáticos y de telecomunicaciones.
La operación contra el crimen transnacional forma parte de las acciones que desarrolla el Ministerio Público que encabeza la magistrada Miriam Germán Brito.
La investigación que llevó al desmantelamiento de la red se desarrolló durante meses y conlleva, en esta etapa, la movilización de 45 fiscales, 105 técnicos y 321 agentes de la Policía Nacional.
Los integrantes de la red se constituyeron en una asociación de malhechores que usurpaba funciones, y que incurrió en lavado de activos y en el porte y tenencia ilegal de armas de fuego.
Además de la extorsión sexual y el robo de identidad, los integrantes de la red realizaban llamadas telefónicas para intimidar, enviaban medicamentos utilizando “delivery” e incluso usurpaban funciones oficiales de Estados Unidos, incluyendo la de agentes del FBI.
La red se apoya en las criptomonedas y el sistema financiero nacional como medios para el movimiento de capitales en dólares y en pesos y adquirieron bienes millonarios producto de sus acciones criminales.