Leclerc, de 24 años, firmó un ‘triplete’, al ganar desde la ‘pole’ y con vuelta rápida; y Sainz, de 27, confirmó que lo que se dejaba vislumbrar en los test de pretemporada, que “Ferrari está de vuelta”, como exclamó el talentoso piloto madrileño después de firmar el séptimo podio e igualar su mejor resultado en la categoría reina.
El séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes) acabó tercero, minimizando daños en una carrera -marcada por la entrada a diez vueltas para el final de un coche de seguridad- que el otro español, Fernando Alonso (Alpine) concluyó noveno; y que supuso una debacle al final para Red Bull: el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), último ganador del certamen, se retiró en la antepenúltima vuelta, cuando era segundo; y su compañero mexicano Sergio Pérez en la última, tras trompear cuando rodaba tercero, asimismo con el motor fundido.
Leclerc, que el sábado había firmado la primera ‘pole’ de la temporada logró su tercera victoria en la F1, en la que, junto a Ferrari hubo otros vencedores: Mercedes no se hubiera imaginado, después de una pretemporada desafortunada, ocupar este domingo la tercera y la cuarta plaza, la del nuevo compañero de Hamilton, su compatriota George Russell.
El recién repescado danés Kevin Magnussen -sustituto del ruso Nikita Mazepin en Haas, como consecuencia de las sanciones impuestas a Rusia, por la invasión a Ucrania- acabó quinto, un puesto por delante del finlandés Valtteri Bottas, que tampoco se esperaba este resultado en su debut con Alfa Romeo, para la que también puntuó, al acabar décimo su primera carrera Zhou Ganyu: el primer piloto oficial chino en los 73 años de la historia de la F1.
El caso es que tanto Haas como Alfa Romeo se propulsan con motores Ferrari, por lo que el arranque de la ‘nueva era’ no pudo haber sido mejor para los intereses de la ‘Scuderia’. Y para los de Sainz, que, con un coche ganador, podrá aspirar a todo este año.
Leclerc salió primero, con Verstappen entre los dos Ferrari y Sainz en la tercera plaza de la parrilla; compartiendo la segunda fila con ‘Checo’, que largaba cuarto. Con toda la parrilla, salvo los McLaren -que lo hicieron con medios- saliendo con neumáticos blandos.
El mexicano perdió dos plazas a las primera de cambio, las que ganó Magnussen, que lo rebasó justo después de que lo hiciera Hamilton, quinto en parrilla y que pasó a rodar por detrás de los tres primeros. Alonso, que salió octavo, perdió un puesto en los primeros compases, ya que lo pasó el francés Pierre Gasly, que acabaría siendo triste protagonista, al salir de las llamas de su Alpha Tauri, provocando la entrada en pista del ‘safety’ que lo transformó todo en una carrera a siete vueltas.
Gasly avanzó dos, aprovechándose también del descalabro inicial de Bottas, sexto en parrilla en su debut con Alfa Romeo y que rodaba decimotercero en la séptima de las 57 vueltas que se dieron al circuito de Sakhir. Una pista con un asfalto bastante abrasivo en la que la gestión de los neumáticos -ahora con un diámetro de 18 en lugar de 13 pulgadas, entre los numerosos cambios en los coches, bastante más pesados, también, derivadas del nuevo reglamento- iba a ser decisiva. Como acabó confirmando la circunstancia de que la mayoría acabó yendo a tres paradas, en lugar de a dos.
‘Checo’ había recuperado su puesto inicial al pasar a Magnussen, primero, y al séptuple campeón mundial inglés varias vueltas más tarde, en la décima; mientras que Ocon, undécimo en la formación, también acabó invirtiendo puestos con Alonso antes del duodécimo giro, en el que efectuaron su primera parada el doble campeón mundial asturiano, que puso medios; y Hamilton, que instaló el neumático duro.
En la 15 Verstappen a blando de nuevo, al igual que Sainz; dando lugar a un auténtico baile de paradas. Una más adelante, Leclerc pasó a blandos y Perez a medios, antes de los momentos más espectaculares de la primera parte de la carrera, con ataques brutales de ‘Mad Max’ de los que el monegasco se defendió con bravura; intercambiándose adelantamientos en la 17 y en la 18, con el neerlandés adelantando en la primera y el de la Costa Azul devolviendo adelantamiento en la cuarta de las 15 curvas de Sakhir.
Calmadas las aguas después del gran agite, en la 21 se recuperaban los primeros cinco puestos iniciales, con Sainz rodando tercero, por delante de ‘Checo’ y de Hamilton, con el nuevo compañero de éste, Russell, que también había puesto duros, rodando detrás de él; y Alonso en la novena posición, por detrás de Magnussen y Gasly.
El astro astur -tres veces ganador en Baréin (2005 y 2006, con Renault; y 2010), con Ferrari)- instaló duros en la 26. Un compuesto que en Baréin parecía ser peor que el medio, el que colocó Verstappen en la 31 y Leclerc uno después, cediéndole provisionalmente el liderato a Sainz.
‘Mad Max’ volaba -a pesar de negarlo por radio-, pero Leclerc regresó por delante a pista. Carlos -a medios- y Checo -a blandos- pararon en la 34, cuando Alonso rodaba undécimo, antes de recuperar el noveno y cedérselo, al principio de la 38, a Ocon, con gomas más frescas y volver a ocupar el 11 cuando lo rebasó el japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri)En la 44 Verstappen paró a poner blando, poco antes de que Pérez hiciera lo mismo; y un giro después pararon Sainz y Hamilton.
Y en la 46 se produjo un momento clave: se incendió al Alpha Tauri de Gasly, con lo que se decretó coche de seguridad; con lo que rápidamente entraría también en box Leclerc, que, teóricamente, se iba beneficiar de una circunstancia que no pudo aprovechar Fernando, que había parado antes, para poner blando; y que era duodécimo, antes de recuperar un puesto en pista y avanzar otro dos al final, gracias a la debacle de los Red Bull.
La entrada en pista del ‘safety car’ convirtió la prueba en una carrera a diez vueltas por detrás del mismo; y que se relanzó a falta de siete giros,y con todos rodando con las gomas blandas.
Verstappen no sólo no se tiró a por Leclerc, sino que aguantó como pudo la embestida de Carlos, que a su vez debía vigilar a ‘Checo’. Hasta que se produjo la hecatombe para el nuevo gran ídolo de los Países Bajos, que, a pesar de que por línea interna le indicaban lo contrario, se quedó sin potencia a falta de tres vueltas. Un desastre para la escudería austriaca que fue aún mayor en el último giro, en el que también rompió motor el mexicano Pérez, antes de trompear y quedarse fuera de carrera.
Red Bull anunciaba cambio de ciclo, después de ocho temporadas en las que Mercedes no dejó de ganar nunca el Mundial de constructores. Sin embargo, ha sido Ferrari la que se ha puesto al frente de los dos campeonatos. Con el de Brackley en la segunda plaza de la primera general por equipos: Hamilton, el hombre récord de la categoría reina (103 victorias y 103 ‘poles’, aparte de los siete títulos con los que igualó al alemán Michael Schumacher) estaba feliz con este tercer puesto; que le hace ganar tiempo en espera de mejoras que le permitan optar a un octavo título al que no va a renunciar.
El excéntrico y espectacular piloto de Stevenage parecía más contento, incluso, que el propio Sainz. Que acababa de igualar su mejor resultado en la F1 y que, con el paso de las horas, tendrá tiempo de festejar no sólo el segundo puesto, sino que pilota un monoplaza ganador. Su compatriota Alonso recuperó tres puestos desde la re-salida y concluyó noveno.
La segunda prueba del Mundial, el Gran Premio de Arabia Saudí, se disputará el próximo fin de semana en Yeda. A orillas del Mar Rojo. Donde Ferrari deberá confirmar que ése vuelve a ser el nuevo color de moda en la Fórmula Uno.
EFE