Dos brasileños que salieron de su país para unirse a las tropas ucranianas y luchar contra los soldados rusos están desaparecidos desde el pasado 1 de abril. Se sabe que el último paradero de los mercenarios fue la capital polaca, Varsovia, desde donde planeaban desplazarse hacia la frontera con Ucrania, reportan medios locales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, también conocido por el nombre de su sede, Itamaraty, emitió un comunicado sobre la “posible desaparición” de sus ciudadanos, sin revelar sus identidades. “Itamaraty, a través de su Embajada en Varsovia, tomó conocimiento de la posible desaparición de nacionales en Polonia y está disponible para brindar toda la asistencia consular aplicable a los familiares”, reportó el organismo.
¿Qué pasó?
Uno de los hombres que el 30 de marzo partieron rumbo a Europa resultó ser un exsoldado de la Armada, Vinicius de Andrade, de 26 años de edad. El exmarino llegó al centro de Varsovia el pasado viernes junto con un amigo, cuyo nombre no fue mencionado, y compartió su ubicación a través de un mensaje.
El mercenario reveló que al día siguiente planeaba dirigirse hacia la ciudad ucraniana de Lvov, donde la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania recluta combatientes voluntarios. “Autobús a Lvov y tren a Kiev”, escribió.
Por la noche, De Andrade se puso en contacto con otro brasileño, que afirmaba ser un aliado de las tropas ucranianas desde hacía dos semanas, y le contó que tenía instalada la aplicación Bla-Bla Car para desplazarse por el país. Sin embargo, su interlocutor le desaconsejó usarla. “Hermano, no confíes en Bla-Bla-Bla aquí”, le respondió.
Al día siguiente, el 2 de abril, los mensajes que llegaron al celular del exmarino fueron contestados con un retraso de 12 horas y, además, por otra persona, que se identificó como “un amigo”. “Vinicius, estoy preocupado por ti”, reza uno de los mensajes. “Al menos da noticias. El general está preocupado. Necesitamos saber dónde estás, para recogerte”, le escribió el brasileño con el que había conversado la noche anterior y que estaba esperando por él.
Cuando finalmente llegaron, las respuestas hicieron sonar las alarmas, ya que eran difíciles de comprender y parecían haber sido traducidas al portugués con ayuda de alguna aplicación. La persona que usó el teléfono del exsoldado se negó a enviar fotos de De Andrade, a pesar de la insistencia, alegando que estaba “dormido”. Además, el “amigo” escribió la palabra Lvov en alfabeto cirílico.
A partir de entonces, el paradero de los dos mercenarios es desconocido y no se ha logrado contactar con ellos. De otra parte, los perfiles de De Andrade en las redes sociales fueron eliminados. Las desapariciones ya han sido denunciadas a las autoridades polacas y brasileñas y el caso está siendo investigado.
RT