La comida puede ser el último aspecto que se evalúe a la hora de tomar un vuelo. Generalmente, las personas se centran en las maletas, los pasaportes, el dinero y el “check in”.
Sin embargo, los alimentos son un aspecto esencial si se quiere evitar pasar un mal rato a 12 mil metros de altura. Desde gases, pasando por malestares estomacales y hasta mareos son algunas de las consecuencias de 7 alimentos que se deben evitar al momento de abordar un avión.
En muchos casos, pese a que estas comidas son altamente recomendadas por sus beneficios para la salud, dentro de un aeropuerto es necesario tener en cuenta otros aspectos.
Según la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), la altura crucero de un avión va de los 9.000 a los 13.000 metros sobre el nivel del mar, dependiendo el destino. A esa altura, la presión atmosférica es tan baja que la cabina debe presurizarse a medida que se asciende, para garantizar la seguridad y confort de los ocupantes. Sin embargo, la presión generada en la cabina es un 75% de la existente a nivel del mar. Es decir, que tiene un 25% menos de oxígeno. Situación que también afecta la digestión de los pasajeros.
Aquí un repaso por los 7 alimentos que se deben evitar a la hora de tomar un vuelo:
Papas fritas y otros snack salados
Aunque son extremadamente sabrosas, las papas fritas y otros snack salados no son la mejor opción antes de tomar un vuelo. Sin encontrarse a 12 mil metros de altura, estos alimentos tienden a provocar malestares tales como gases o distención abdominal. “Con los viajes en avión, algunas personas pueden verse afectadas por fluctuaciones en los niveles de oxígeno, cambios en la presión del aire y cambios de temperatura. La presión del aire en los aviones es bastante baja, lo que significa que llega menos oxígeno al cuerpo. Esto puede provocar fatiga, dificultad para respirar y puede causar expansión de gas en el intestino y malestar estomacal”, señaló Tamanna Singh, doctora en cardiología clínica y medicina cardiovascular en la Clínica Cleveland, en diálogo con la revista Well+Good,
“Cada método de preparación repercute en la composición de la papa en distintas formas, pero todos reducen el contenido de fibra y proteínas, que se escurren al agua o el aceite, además de que el calor destruye estos nutrientes o se producen cambios químicos, como la oxidación”, explicó la licenciada en Nutrición Romina Pereiro (MN 7722). Pero eso no es todo, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Brescia y la sociedad CEINGE Biotecnologie Avanzate de Italia, consumir entre “dos y tres raciones de papas fritas por semana puede no sólo aumentar sino hasta duplicar el riesgo de muerte prematura”.
Café
La espera antes de abordar el vuelo puede enfrentarse con un café. Sin embargo, sería mejor evitarlo para alcanzar un viaje placentero. “Del grupo de las infusiones, el café es una de las más estimulantes. Si a los nervios propios de los preparativos para el viaje se suma una carga de cafeína, es posible que el estado de ánimo sea irritable y de inquietud. Durante los viajes largos lo ideal es estar tranquilos y en lo posible dormir. Por lo tanto, se recomienda evitar el café antes, durante y después de los mismos”, señaló la nutricionista Analía Moreiro (MN 1663).
En ese tono se manifestó la Clínica Mayo, la cual aseguró que “si bien las bebidas con cafeína pueden tener un efecto diurético leve, lo que significa que pueden provocar la necesidad de orinar, no parecen aumentar el riesgo de deshidratación”, aunque pueden provocar “dolores de cabeza e insomnio”. De esta manera, el viaje puede tornarse en un proceso más de desagradable.
Ensaladas
Puede ser una de las opciones preferidas por aquellos que deciden ingerir una comida liviana antes de emprender el vuelo. Pero dentro de los aeropuertos, las ensaladas pueden encontrarse con dos impedimentos muy importantes: la higiene y la frescura. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), “los gérmenes en los productos que se comen crudos causan un gran porcentaje de enfermedades transmitidas por los alimentos en Estados Unidos”.
Una de las enfermedades provocadas por el mal lavado o deficiente cocción de las verduras es el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), causada por una de las cepas de la bacteria Escherichia coli, productora de toxina Shiga (STEC). “Desde que ingresa al organismo, la toxina hace estragos en el mismo, sobre todo para los chicos menores de cinco años. Por eso, lo más importante es prevenir lavando bien las frutas y verduras antes de consumirlas”, recomendó la licenciada en Nutrición, Laura Romano, del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas.
Yogures con alto contenido de azúcar
Las cualidades del yogurt en la dieta, según los expertos, son incuestionables. “El consumo de probióticos ayuda a combatir y prevenir enfermedades intestinales, mejora la digestión, fortalece el sistema inmunológico, aumenta la producción de nutrientes como vitaminas del complejo B y K, Calcio y Hierro y previene enfermedades crónicas de origen inflamatorio como obesidad, colesterol alto, hipertensión arterial y diabetes tipo 2″, indicó la doctora María Elena Torresani, directora de la Carrera de Especialistas en Nutrición Clínica de la Facultad de Medicina de la UBA.
Sin embargo, cuando tiene un alto contenido de azúcares no es la mejor opción antes de comenzar un vuelo, ya que puede tener repercusiones en el intestino. “Muchos yogures con sabor a frutas -aparentemente saludables- tienen muy poca fruta real y mucho azúcar añadido. La opción más saludable es el yogur natural, endulzado al momento de consumir con fruta fresca, madura y quizás miel (lo ideal sería añadir algunos frutos secos, también)”, explicó Ellie Krieger, nutricionista, autora de varios libros sobre alimentación y columnista de la sección de comida del diario Washington Post.
Alcohol y cócteles
Como parte de un rito o a modo de celebración antes de abordar el vuelo, muchas personas optan por tomar una copa. Sin embargo, no es aconsejado por los expertos. “Muchas personas beben alcohol para dormir y no tener temor a volar. Sin embargo, debe evitarse antes y después del vuelo. El alcohol –sobre todo los licores dulces- pueden provocar deshidratación y malestares digestivos”, señaló a este portal la nutricionista Moreiro.
“El alcohol aumenta la producción de orina, lo que provoca trastornos del sueño y la fatiga del viaje”, aseguró la doctora Eliana Reyes, gerente médica del área de Asistencias de Assist Card. Según la especialista, junto con el café, el consumo de estas bebidas “debe limitarse a las cantidades normales y evitarse durante las 4 o 6 horas anteriores al período de sueño previsto para evitar el jet lag”.
Sándwiches y embutidos
Rápidos y sabrosos. En estas características se podría resumir qué representa un sándwich para un viajero. Pero al igual que en el resto de las opciones, la frescura de los alimentos son esenciales para evitar malos ratos durante el vuelo.
“Los sándwiches son una gran oportunidad para incorporar vegetales, alimentos fuente de proteínas y cereales integrales“, explicó la nutricionista Julieta Pomerantz, ya que se los puede realizar en “pan de harina integral o con semillas, que tengan vegetales como tomate, lechuga, rúcula, zanahoria o pepino, entre otros. Como aporte proteico, podemos pensar en pechuga de pollo, atún, feta de queso o tofu para los vegetarianos”. Sin embargo, hay que tomar en cuenta cada uno de los ingredientes, más aún el estado de los embutidos utilizados.
Los CDC advierten que las carnes envasadas pueden contener enfermedades graves, en especial si pasó mucho tiempo desde su elaboración. Es por eso que recomienda evitar “salchichas frescas, fermentadas o secas, fiambres, otras carnes frías (como la mortadela)” a menos de que hayan pasado por una buena cocción antes de servirse.
Sushi
Pese a ser uno de los alimentos más sabrosos, el sushi no es la mejor elección para los viajeros. El motivo es que se realiza con pescados y mariscos crudos y esto puede, no solo elevar los niveles de sodio (sal) que es sinónimo de deshidratación, sino que además puede ser fuente de una intoxicación si se encuentran mal preparados. Algo que puede suceder no solo en el aeropuerto, sino también en otros ámbitos. Pero que, con varias horas por delante, no es la mejor opción.
Asimismo, los especialistas indican que el pescado crudo contiene más bacterias que el resto de las comidas. “Los niños siempre son más vulnerables a las bacterias. Pero también hay que tener en cuenta que la salsa de soja común tiene mucho sodio. Por eso lo mejor es que no se consuma en exceso”, aseguró Viviana Baranchuk, directora del centro médico Fundación DAAT.
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