Con un perfecto e impresionante 14 de 14 en tiros, Chris Paul fue este jueves el líder soñado para los Phoenix Suns, que derrotaron a domicilio a los New Orleans Pelicans (109-115) y se clasificaron para la segunda ronda de los ‘playoffs’ del Oeste (2-4).
Con esta noche mágica, Paul hizo historia al convertirse en el primer jugador en la NBA en anotar más de 13 tiros sin un solo fallo en un encuentro de ‘playoff’.
A solo una semana de cumplir 37 años, la extraordinaria actuación del base (33 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias) dejó en segundo plano el regreso de Devin Booker, que se lesionó en los isquiotibiales el 19 de abril y que volvió a jugar solo 9 días después cuando los Suns esperaban que estuviera fuera entre dos y tres semanas.
Al escolta no se le vio fino (13 puntos con 5 de 12 en tiros) pero metió un triple fundamental en el desenlace.
Los Suns (primeros del Oeste), que encestaron hoy el 60 % de sus tiros, tumbaron a unos jóvenes Pelicans (octavos) que les metieron en toda clase de problemas durante una serie mucho más igualada de lo previsto.
Brandon Ingram (21 puntos y 11 asistencias) fue el mejor de un equipo incansable en el que volvió a destacar el esfuerzo de Herb Jones (16 puntos) y el latino José Alvarado (11 puntos).
El español Willy Hernangómez no tuvo minutos en Nueva Orleans.
IMPOLUTO PAUL
Pese al regreso de Booker, la figura de los Suns en el inicio fue Ayton, perfecto en el tiro (4 de 4) para 10 puntos en el primer cuarto.
En cambio, la defensa de Phoenix no intimidó en absoluto a los Pelicans, que anotaron 18 puntos en la pintura en los primeros doce minutos (28-28).
Nada más empezar el segundo cuarto, Valanciunas sumó su tercera falta y los Pelicans se encontraron con un gran agujero en su rotación interior.
El segundo parcial no se pareció en nada al primero, con los dos equipos enfrascados en un combate mucho más físico y rabioso, con las defensas imponiéndose a unos ataques espesos y con numerosas faltas cortando el ritmo.
Ahí tomó la delantera Nueva Orleans gracias a guerreros como Alvarado y Jones exhibiendo potencia al contraataque (39-34 con 6.27 por jugarse).
Sin noticias de las estrellas, el encuentro estaba para que sacaran pecho jugadores como Nance Jr., insaciable en la pelea por cada balón (10 puntos en el segundo cuarto) y que le dio un +10 a los Pelicans al descanso (58-48) con un palmeo sobre la bocina.
La gran brecha en cuanto a la energía de ambos conjuntos la reflejó de maravilla la estadística de los rebotes: 26 para los Pelicans por solo 14 de los Suns.
Booker se quedó en el banquillo en la reanudación así que Paul asumió al cien por cien el timón en los Suns.
Con 13 puntos en menos de seis minutos, Paul apabulló a unos Pelicans a los que les temblaban las piernas y en los que McCollum acumuló su quinta falta.
La exhibición de Paul fue extraordinaria: a falta de 6.09 minutos en el tercer cuarto, el veterano base ya llevaba 23 puntos con un inmaculado 10 de 10 en tiros y le había devuelto el control a los Suns tras un parcial de 11-22 (69-70).
La reacción de los Pelicans coincidió con los minutos de descanso de Paul y, con jugadas espectaculares como un robo más contraataque de Jones, los locales aterrizaron en el último cuarto por delante (85-82).
Con las espadas en alto, Paul siguió con su memorable clase magistral de precisión mientras que Ingram y Alvarado se turnaban a la hora de conseguir canastas imposibles (102-101 con 2.35 por jugarse).
Los Pelicans habían mostrado una fortaleza sorprendente en los momentos de más presión, pero en el desenlace flaquearon y un triple de Booker seguido de un robo de Bridges a McCollum dispararon a los Suns (104-108 con 1.28 para el final).
El cierre tuvo de todo, hasta polémica por un codazo de Paul a Alvarado no pitado, pero finalmente los Suns se clasificaron tras rendir a unos admirables Pelicans.