Bestias de 30, 40 y hasta 50 metros de largo vagaban por vastas llanuras terrestres hace más de 65 millones de años. Son los dinosaurios, que con cada nueva película o descubrimientos fósiles vuelven a cobrar vida en la imaginación de niños, adultos y todos los fanáticos de la vida prehistórica.
Se conocen alrededor de 1000 géneros diferentes de dinosaurios. Actualmente no podemos medir el tamaño de las poblaciones de estos extintos animales pero sí podemos identificar en qué lugares de la Tierra más habitaban, de acuerdo a los lugares donde más restos óseos de dinosaurios se han descubierto.
Abundantes huesos fósiles, dientes, huellas y otras pruebas sólidas han revelado que la Tierra fue el dominio de los dinosaurios durante al menos 230 millones de años. Pero hasta ahora, no se ha encontrado ni un solo rastro de restos de dinosaurios en rocas de menos de 65 millones de años. En ese momento, cuando el período Cretácico dio paso al Paleógeno, parece que todos los dinosaurios no aviares de repente dejaron de existir.
Junto a ellos iban temibles reptiles marinos como los mosasaurios, ictiosaurios y plesiosaurios, así como todos los reptiles voladores conocidos como pterosaurios. Los bosques antiguos parecen haberse incendiado en gran parte del planeta. Y aunque sobrevivieron algunos mamíferos, aves, pequeños reptiles, peces y anfibios, la diversidad entre las formas de vida restantes se redujo drásticamente. En total, este evento de extinción masiva se cobró tres cuartas partes de la vida en la Tierra, según los científicos.
Reconstruir lo que sucedió ha sido un gran esfuerzo para los paleontólogos, que con cada hallazgo fósil nuevo, buscan trazar un mapa actual de lo que pasó hace decenas de millones de años. Se denomina fósiles de dinosaurio a todos aquellos restos de estos animales que han llegado hasta nuestros días en forma de restos, en mejor o peor estado de conservación. La mayoría de los fósiles corresponden a huesos de dinosaurio pero también podemos encontrar, entre otras clasificaciones, huevos de estos animales o sus dientes. Las icnitas o pisadas también se consideran fósiles, aunque se encuentran en menor medida.
Durante los dos siglos transcurridos desde la identificación de los primeros huesos en Inglaterra, se han desenterrado casi 11.000 fósiles de dinosaurios en todo el mundo, dos tercios de ellos en América del Norte y en Europa. La mayoría de los descubrimientos han tenido lugar en los países de origen de los paleontólogos; la facilidad del acceso para desarrollar el trabajo de campo ha conllevado una concentración de hallazgos en las zonas más transitadas. Samantha Hopkins, de la Universidad de Oregón, señala que hay más excavaciones a lo largo de las carreteras pavimentadas de su estado que en los caminos de tierra. Por otro lado, los hallazgos se han expandido geográficamente, sobre todo en el este de Asia y la región meridional de América del Sur.
1-Oxordshire, Reino Unido
Oxfordshire es un tesoro de fósiles de dinosaurios. De hecho es el lugar donde más se han descubierto, incluido el primer dinosaurio carnívoro llamado Megalosaurio en 1676. El condado de Oxordshire fue el hogar de algunos de los hallazgos más importantes durante los primeros años fundamentales en el estudio de la paleontología.
Los dinosaurios habitaron el paisaje local desde la parte media y alta del Jurásico, hace entre 170 y 150 millones de años. Prosperaron en una masa de tierra que se extendía desde Oxfordshire hasta Londres y Bélgica. El paisaje consistía en lagunas tropicales que recuerdan a las Bahamas en la actualidad. “El dinosaurio más antiguo del que tenemos un registro adecuado se encuentra en la Historia natural de Oxfordshire de Robert Plot, que se publicó en 1677, y en el que ilustró lo que ahora reconoceríamos como el final de un hueso de la extremidad de un dinosaurio”, dijo el profesor Jim Kennedy, director del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.
Luego debatió en su relato detenidamente qué podría ser, si podrían ser los restos de un gigante o una giganta, o si podrían ser los restos de un elefante. Algo más tarde, en 1699, un hombre llamado Edward Lhwyd ilustró y describió un diente de dinosaurio, pero tanto él como Plot no tenían idea de qué eran los fósiles. Los huesos fueron identificados mucho más tarde como Megalosaurus bucklandi. Toma su título de William Buckland, quien tiene la distinción de ser el primer hombre en asignar un nombre a un dinosaurio.
El profesor de geología de Oxford había adquirido algunos huesos y una mandíbula de Stonesfield. “Buckland tuvo estos restos durante aproximadamente una década y reconoció que eran los huesos de lo que pensó que era un lagarto gigante, pero por razones que se desconocen no los describió de inmediato”, explicó el profesor Kennedy.
“En 1818, tras el final de las guerras napoleónicas y la derrota de Napoleón en Waterloo, el gran anatomista comparativo francés, el barón Cuvier, llegó a Oxford y estuvo de acuerdo con Buckland en que efectivamente tenía los huesos de un lagarto gigante que describieron en sus discusiones como una criatura de algo así como 14 metros de largo”. “Han aparecido huellas en otros lugares a lo largo de los años”, dijo el profesor Kennedy. Los descubrimientos más recientes incluyen un estegosaurio descubierto por un coleccionista aficionado en la cantera de Woodeaton y un gran reptil marino en uno de los pozos de grava al sur de Yarnton.
2- Los Barreales, Neuquén, Argentina
Parece un paisaje marciano, con un desierto rojizo de sierras y mesetas junto a un lago que se esfuma en el horizonte. Hace millones de años fue el hogar de criaturas gigantes: los dinosaurios. Paleontólogos argentinos y de otros países del mundo buscan restos fósiles en este ecosistema completo petrificado.
Se trata de la zona de Los Barreales, en Neuquén, en la Patagonia Argentina. Esta región, que guarda la mayor colección paleontológica de Sudamérica tiene como tesoro oculto las huellas del pasado que aparecen a cada paso. Allí existe una ventana al pasado cretácico que puede visitarse todo el año, aunque se recomienda hacerlo durante el verano argentino, en enero y febrero, cuando el clima cálido del sur propicia el turismo al aire libre.
Esa ventana se llama Proyecto Dino, a 90 kilómetros de la capital homónima de Neuquén. Un campamento científico abierto al público con el apoyo de fondos públicos y privados (Universidad Nacional del Comahue y petroleras) que acaba de levantar sus persianas luego de cinco años de cierre por conflictos con la comunidad indígena y de financiación. Aquí se han hallado más de treinta tipos nuevos de dinosaurios, con 1.500 piezas de fósiles de vertebrados y más de 400 restos de vegetales de entre 90 y 100 millones de años de antigüedad.
3- Hell Creek, Montana, Estados Unidos
Las “tierras baldías” de una zona del noreste de Montana proporcionan un “laboratorio al aire libre” en el que explorar restos fósiles de dinosaurios se convierte en una gran aventura y el sueño de cualquier paleontólogo.
Se la conoce como Formación Hell Creek y es una fuente altamente fosilífera expuesta principalmente en tierras estatales y federales y compuesta de arcillas de agua dulce, lutitas y areniscas depositadas durante la última parte del Cretácico. La formación ha producido importantes conjuntos de invertebrados, plantas, mamíferos, peces, reptiles y anfibios, proporcionando un inventario impresionante que incluye dinosaurios como el Tyrannosaurus y Triceratops.
El Proyecto Hell Creek (1999-2010), un programa de estudio de campo colaborativo y multiinstitucional, fue organizado por Jack Horner (Museum of the Rockies, Bozeman, MT), Bill Clemens y Mark Goodwin de UCMP., Joseph Harman (Universidad de Dakota del Norte) y colegas de todo el país. El objetivo general del proyecto era crear una base biótica integral a partir de la cual se pudieran probar hipótesis paleobiológicas y geológicas. Los estudiantes graduados recibieron capacitación y muchos completaron su trabajo de campo fundamental para sus estudios de tesis y disertaciones. Este trabajo continúa hoy a medida que estos estudiantes de doctorado recién graduados avanzaron al siguiente nivel en puestos docentes con sus propios estudiantes de posgrado.
4- Zrigat, Marruecos
Una nueva tierra que promete más descubrimientos increíbles sobre la vida de los dinosaurios se sitúa en Zrigat, Marruecos. En 2020, en el sureste de Marruecos, un equipo internacional de paleontólogos descubrió los restos del primer dinosaurio acuático conocido en el mundo, “Spinosaurus aegyptiacus”, que se dice que vivió durante la era del Cretácico, hace aproximadamente 100 millones de años.
Los nuevos fósiles del espinosaurio marroquí, descubiertos en el yacimiento de Zrigat, ubicado a unos 30 km de la ciudad de Erfoud, “ofrecen la evidencia más sólida hasta la fecha sobre un dinosaurio capaz de vivir y cazar en un medio acuático”, dijo el profesor Samir Zouhri, de la departamento de geología de la Facultad de Ciencias de Ain Chock en Casablanca.
El equipo de investigación ha hecho así el primer descubrimiento de restos craneales y poscraneales asociados de dinosaurios después de casi 70 años de trabajo paleontológico en la región. Los investigadores pertenecen a la Universidad Hassan II de Casablanca (Marruecos), la Universidad Mercy (EE. UU.), la Universidad de Portsmouth (Inglaterra) y el Museo de Ciencias Naturales de Milán (Italia).
“Este dinosaurio muy especial, Spinosaurus aegyptiacus, tenía una cola intrigantemente larga con una forma única e inesperada compuesta de espinas neurales extremadamente altas y cheurones alargados que formaban un órgano grande, flexible y en forma de aleta capaz de una gran ondulación lateral”, dijo el profesor Zouhri. Todos los hallazgos de este notable descubrimiento fueron publicados en la prestigiosa revista científica “Nature” y son objeto de un documental en el sitio web de la National Geographic Society.
5- Ganzhou, China
Uno de los sitios que también más promete en descubrimientos de nuevos fósiles de dinosaurios se sitúa en la provincia de Ganzhou, China. Allí expertos paleontólogos locales anunciaron el año pasado el descubrimiento de un embrión de dinosaurio perfectamente conservado que se preparaba para nacer de su huevo, como una gallina.
Los investigadores estiman el embrión tiene al menos 66 millones de años. Se cree que es un dinosaurio terópodo desdentado, u oviraptorosaurio, y ha sido llamado Baby Yingliang.
El investigador Fion Waisum Ma dijo que es “el mejor embrión de dinosaurio jamás encontrado en la historia”. El descubrimiento también les ha dado a los investigadores una mayor comprensión del vínculo entre los dinosaurios y las aves modernas. El fósil muestra que el embrión estaba en una posición enroscada conocida como “metido”, que es un comportamiento que se observa en las aves poco antes de nacer. “Esto indica que tal comportamiento en las aves modernas evolucionó y se originó por primera vez entre sus ancestros dinosaurios”, dijo el doctor en paleontólogía Ma.
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