Los Warriors empiezan a vislumbrarse como una piedra demasiado dura para Dallas. Los chicos de Jason Kidd realizaron anoche el partido que necesitaban en ataque para poder llevarse el triunfo; la cuestión es que acompañarlo de 48 minutos frenando a Golden State es otra historia.
Como se esperaba, los Mavericks salieron mejor en el segundo partido de las finales de la Conferencia Oeste. Con más acierto, ritmo en la circulación de balón e intensidad para apretar a su rival, fueron poniendo tierra de por medio para vencer en los dos primeros cuartos e irse a vestuarios con 14 puntos de ventaja. La mitad del trabajo estaba hecho, pero lo más difícil, completarlo, les fue imposible.
Aunque cerraron la noche lanzando un genial 46.7 por ciento en triples con 21 anotados, de poco les sirvió cuando los Warriors engrasaron la máquina. En el tercer cuarto Golden State tiró de su mejor defensa para dejar a los de Texas en 13 puntos y la desventaja en solo dos. En el último y definitivo, dieron rienda suelta a todo su arsenal ofensivo para machacar el aro rival con 43 puntos para terminar ganando 126-117 y poner el 2-0 en la eliminatoria.
«Son los Warriors. Tienen un gran equipo. Son un equipo campeón. Tenemos que ajustar nuestra defensa. Estábamos 19 puntos arriba, por lo que se hace más dura la derrota, pero no podemos mirar hacia atrás. Lo que sucedió, sucedió. Así que tenemos que seguir adelante», comenta Luka Doncic.
El genio esloveno completó un partido excepcional con 42 puntos, 8 asistencias, 5 rebotes y 3 robos, pero fue insuficiente ante el vendaval de los californianos en la segunda parte, cuando les superaron 68-45. En todo caso, Doncic sigue demostrando el gran jugador que es. Con el de anoche van ya siete partidos de playoffs con al menos 40 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias. Solo le superan en encuentros con tales guarismos LeBron James (25 veces), Michael Jordan (17) y Jerry West (7).
Momentos para Looney y Curry
Quién iba a decir a los Mavs que Golden State les podía remontar un partido con Kevon Looney como ejecutor. Pues así fue. En el tercer cuarto, en el cual los Warriors cambiaron la dinámica del choque, el center firmó 11 de los 25 puntos de su equipo. Fue el cuarto más anotador de su carrera para terminar haciendo 21 puntos (máximo de su carrera) y acompañarlo con 11 rebotes. Este factor inesperado espoleó a los de San Francisco para dar el golpe definitivo en los 12 últimos minutos con Stephen Curry como finalizador.
Así es. Si Looney inició la remontada, Curry la certificó. El dos veces MVP de la NBA logró 10 de sus 32 puntos totales en los cinco últimos de partido, lo cual sirvió para apagar cualquier conato de reacción de Dallas, que lo intentó hasta el final a través de Doncic. El esloveno no pudo hacer la heroica.
Acompañamiento de Curry
Los Warriors son un equipo profundo y anoche volvieron a demostrarlo. Curry lideró, pero hasta otros cinco jugadores estuvieron en dobles dígitos de anotación. Desde el banquillo, y dejando claro que está en plena formar, Jordan Poole aportó hasta 23 puntos en 29 puntos; Looney, como decíamos, sorprendió con 21; y por último, no faltaron los 16 que sumó a la ecuación Andrew Wiggins, ni los 15 de Klay Thompson. Sí, Dallas necesita cerrar demasiadas vías de agua.
Kidd evoca la serie ante Phoenix
En Dallas no van a desesperar por ir 2-0 abajo, sobre todo porque ya lo vivieron contra los Suns, momento en el que prácticamente todos les dieron por eliminado. Jason Kidd tiene claro que entraba dentro de lo posible volver con un 2-0 a Texas, por lo que ahora su trabajo se centra en dejar claro que siguen teniendo opciones de llegar a las Finales. «Estamos en la carretera contra uno de los mejores equipos de la liga. Esto puede sucedes. Mantuvieron el servicio. Hemos visto esto en Phoenix, así que ahora tenemos que regresar y concentrarnos en el Game 3», sentencia.
Si los Mavericks quieren tener opciones de devolver el golpe a los Warriors necesitarán dar un paso más en su juego. En el segundo partido tuvieron a un excelso Doncic que estuvo arropado por 31 puntos de Jalen Brunson y 21 de Reggie Bullock. Por ese lado poco más se puede pedir. Se hace imprescindible que los ajustes lleguen por otro lado, por el de limitar el caudal ofensivo de los californianos, quienes se acercan a las que serían sus sextas Finales en ocho temporadas.
