La Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual o ley del sí es sí, que pone el consentimiento como eje de la relación sexual y elimina la distinción penal entre abuso y agresión, ha sido aprobada en el Congreso por todas las formaciones políticas, a excepción de PP y VOX, que han votado en contra, y la CUP, que se ha abstenido.
La ministra de Igualdad, Irene Montero (Unidas Podemos), ha defendido una de sus principales iniciativas. Ha asegurado que está “orgullosa” de que “el Congreso apruebe una ley tan necesaria en España” y que “es uno de los derechos más importantes que podamos dejarles a nuestros hijos”.
“La libertad sexual por fin va a ser un derecho en nuestro país, vamos a cambiar el miedo por el deseo”, ha dicho Montero. Cree que la ley va a ser “un paso decisivo para cambiar la cultura sexual, para construir una lejos del terror y de la culpa, cambiar la cultura de la violación y construir la del consentimiento”.
La ministra ha agradecido a mujeres y asociaciones “que han hecho posible que hoy estemos aquí”; ha citado a varias diputadas de otros partidos por su búsqueda del consenso y ha recordado desde “los 30 años de los asesinatos de Alcàsser o los 20 del caso Nevenka”, hasta “las manifestaciones en defensa de la joven agredida por la Manada de los Sanfermines” o el MeToo, entre otros.
También ha señalado la ministra que la ley completa el intento del Gobierno de que se persiga todo tipo de violencia contra la mujer, desde la sexual al acoso callejero, el matrimonio forzado, la violencia digital, la sumisión química, la explotación sexual, la trata, la violencia vicaria… “El estado tiene una deuda con las madres protectoras y mientras este Gobierno esté aquí hará lo posible por defenderlas”, ha asegurado.
La nueva ley pone el consentimiento en el centro de la relación sexual, “en el Código Penal”, según Montero, quien también ha subrayado que el Gobierno “apuesta por la prevención y erradicación de la violencia, por la educación sexual y por llenar de feminismo las aulas del país”.
El PP coincide con el PSOE en que se debía tratar la prostitución
La diputada socialista Berja Vega, también ha defendido la ley, aunque se ha centrado más en la prostitución y ha reprochado a los otros partidos que por sus reticencias no se incluya en esta ley. Así, ha dicho que al PSOE le habría gustado una ley “más ambiciosa”, incluir los aspectos que cayeron en las negociaciones para un amplio acuerdo sobre “persecución penal de puteros y proxenetas” y de la llamada tercería locativa (prestar un espacio para que se ejerza prostitución).
Vega ha admitido que “existe una contradicción” en la ley porque defiende que la mujer deba dar su consentimiento ante el acto sexual, pero “en la prostitución se compra la dominación, el sometimiento de la mujer, los puteros pretenden comprar su consentimiento”. Ha comparado los burdeles con “campos de concentración”.
La ley ha generado debate interno en el PP
Vega ha afirmado que “el PSOE liderará la abolición de la prostitución”. Con todo, ha defendido la ley de hoy y que, “en contra de lo que dice el PP, la ley reducirá la revictimización” de quienes sufren violencia sexual y luego lo denuncian, deben ir a juicio.
La diputada del PP Marta González ha admitido que ha habido debate interno en su partido sobre apoyar o no la normativa, pues recordó que en 2017 el PP ya buscó un pacto de estado contra la violencia de género, que ya indicaba que se debía elaborar una ley. Pero, ha dicho que “no podemos apoyar esta ley porque es una soflama electoral de Podemos”.
González ha criticado igualmente que “no haya una referencia a la prostitución en la ley”, que se hayan eliminado los puntos relacionados. En cambio, otros partidos han expresado su satisfacción por ello; consideran que no debía tratarse la prostitución en esta ley.
Las intervenciones, a la hora de comer, con muchos diputados ausentes, han hecho que la diputada Pilar Vallugera de ERC (favorable a la ley) dijera que le gustaría que al discutir la libertad sexual de las mujeres hubiera más diputados en el hemiciclo. Joseba Andoni Agirretxea, del Grupo Vasco, ha apoyado la ley señalando que responde al clamor de “no es abuso es agresión” al centrar “el foco en el consentimiento, lo pone en el centro y neutraliza un problema simbólico que negaba el delito de agresión en casos que sí lo eran”.
También cree que con esta ley se acabará “con la injusticia de muchas mujeres que debían demostrar que ellas no incitaron, que no eran culpables”. Igualmente, Inés Sabanés (Equo-Grupo Plural) ha señalado que espera que esta ley “acabe con juicios en que se preguntaba a las mujeres agredidas sexualmente qué llevaban puesto o si cerraron las piernas”. Ha pedido que “se crea ya a las mujeres”. Sofía Castañón (UP) también ha dado un tirón de orejas a los jueces por algunos juicios.
Acabar con los juicios donde se pregunta a la mujer si cerró las piernas
Pilar Calvo (JuntsxCat) ha citado el reciente caso de las dos hermanas asesinadas en Pakistán y señala que “la ley lleva implícita la libertad para amar, la que determina que debe dar el consentimiento”.
La CUP ha anunciado su abstención porque, según Mireía Vehí, aunque su grupo quería votar a favor de la ley, cree que se ha roto el acuerdo de dejar al margen de esta ley el trabajo sexual (la prostitución) con la introducción de una enmienda que prohíbe su publicidad. Pero ha aplaudido que la ley incluya, por ejemplo, que, cuando se agreda mediante sumisión química, la pena al agresor aumente.
Isabel Pozueta, de Bildu (que ha anunciado su voto a favor), también ha criticado como la CUP el espíritu “punitivo” de la ley, “pensar que todo se resuelve con el Código Penal”. Pero ha dicho que “la ley aporta la protección que no tuvieron víctimas como la joven que sufrió la violación por la manada en los Sanfermines de Pamplona”. También Sara Giménez, de Ciudadanos, ha dicho que aplaude esta ley que penará más estos casos de agresión grupal. “Esta ley es una mejora de país, no de un partido o de otro”, ha señalado. Como ella, varios partidos han reivindicado que han aportado mejoras a la ley en su larga tramitación. BNG o Coalición Canaria también han anunciado sus votos favorables.
La diputada de Vox, Carla Toscano, se ha desmarcado del clima general, ha expresado su oposición a la ley, negando la violencia de género, y ha dicho que le da “pena que se dejarán de oir piropos en la calle” y ha dicho algunos. Ha asegurado que “es imposible para el hombre probar el consentimiento” y por ello, cree que “se hace apología de la mentira”. “Se fuerza al sistema a creer a la mujer sin pruebas y se le dan armas para que se vengue, pero que más da si es un hombre”, ha declarado.
Fuente: La Vanguardia