Boston (EE.UU.) (EFE).- El Boston Garden volvió este miércoles a recibir, doce años después, unas Finales de la NBA con los Celtics, 17 veces campeones, que recibieron a los Golden State Warriors en el tercer partido de la serie al mejor de los siete, en un ambiente de fiesta.
Los Celtics, el equipo más ganador de la historia de la NBA, empatado con Los Ángeles Lakers, recibieron el empuje de sus aficionados, que desde primera hora de la mañana del miércoles tiñeron de verde las calles de la ciudad.
Los aficionados disfrutaron del buen clima para pasear por el centro de la ciudad, reuniéndose en la zona del Quincy Market y del puerto, antes de desplazarse al cercano TD Garden, el estadio donde los Celtics escribieron páginas imborrables de historia.
Hay hambre de gloria en Boston. El último título se remonta a 2008, cuando lo conquistó el equipo liderado por Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, mientras que la última final se remonta a 2010, cuando los Celtics se rindieron ante los Lakers.
Bajo la dirección de Ime Udoka, técnico debutante en la NBA, pasaron de la undécima posición de enero a convertirse en un equipo capaz de eliminar en estos ‘playoffs’ a los Brooklyn Nets, los Milwaukee Bucks, vigentes campeones, y a los Miami Heat, primeros clasificados en el Este en la temporada regular.
Arrancaron las Finales contra los Warriors ganando el primer partido y perdiendo el segundo, ambos disputados en el Chase Center de San Francisco.
Se encomiendan ahora a la mística del Garden para dar un paso más hacia un título para la historia.
El Garden ha tenido lleno completo, con entradas que se revenden por hasta 12.000 dólares, y en las pantallas se proyectan mensajes de motivación para los aficionados.
“Ya estoy pensando en el tercer partido. Estoy ansioso por regresar al Garden, sé que habrá ‘rock’ el miércoles”, es la frase pronunciada por el dominicano Al Horford el pasado domingo al acabar el partido de San Francisco.
Los organizadores colocaron camisetas verdes en cada asiento para hacer pesar lo más posible el factor cancha adquirido por los Celtics.
En el estadio también se ven zonas amarillas, ocupadas por un grupo de unos cien aficionados que viajaron a Boston desde San Francisco para apoyar a Steph Curry y compañía.
Las horas previas transcurrieron en la ciudad en un ambiente de fiesta, con ambas aficiones que convivieron de forma pacífica.
No faltó el apoyo de la comunidad dominicana de la ciudad, que vio como Al Horford se convertía en el primer basquetbolista del país caribeño capaz de llegar tan lejos en la NBA.
“De niño estaba emocionado, viendo jugar a los Bulls en las Finales, soñando tener una oportunidad un día y la estoy viviendo. Me gozo el momento. Sé que represento a un pueblo y a muchos jugadores dominicanos que han venido antes de mí y me han permitido estar en esta posición”, aseguró Horford en español en la rueda de prensa de la víspera.
Celtics y Warriors se enfrentan en el tercer y cuarto partido de la serie en el TD Garden de Boston, antes de regresar a San Francisco para el quinto encuentro, fijado para el 13 de junio.