Consumir alcohol durante el embarazo debe ser considerado un problema de Salud Pública en la República Dominicana, sobre todo porque es la primera causa de retardo mental de origen no genético y de defectos congénitos no heredables que son 100% prevenibles, informó la investigadora María Eugenia Portela Almánzar, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
Al presentar los resultados de la investigación: “Análisis de la problemática social del consumo de alcohol durante el embarazo en República Dominicana” Portela explicó que encontraron una alta tasa de prevalencia de consumo de alcohol durante el embarazo, causando grandes los efectos por dicho consumo en la salud de la mujer y del feto en desarrollo.
La investigadora recomendó a la República Dominicana “seguir la línea de países más desarrollados y promover la abstinencia total en las mujeres embarazadas a través del personal sanitario que labora en centros de atención primaria y hospitales, los cuales deben de ser debidamente entrenados para estos fines”.
Señaló que éstos entrenamientos y recomendaciones oficiales deben de bajar desde el mismo Ministerio de Salud Pública, ya que si no se entrena debidamente al personal sanitario ni se les envía políticas públicas claras al respecto, seguirán cosechando altas tasas de prevalencia de consumo de alcohol durante el embarazo, con sus nefastas consecuencias en niñas y niños de nuestro país.
Portela Almánzar manifestó que dicha investigación fue llevada a cabo en madres con hijos en seguimiento médico por alcoholismo fetal en el hospital Robert Read Cabral y en mujeres embarazadas de la Maternidad San Lorenzo de Los Mina.
Trastornos del neurodesarrollo
Explicó que la exposición prenatal al alcohol es causante de un amplio espectro conocidos como “Trastornos de Espectro Alcohólico Fetal” (TEAF), el cual no hace referencia a un diagnóstico clínico, sino a un término sombrilla que describe las distintas alteraciones físicas y mentales que pueden presentarse en niños/as expuestos de forma prenatal al alcohol, que abarca desde retraso mental y trastornos de aprendizaje hasta trastornos psiquiátricos y de conducta.
Los TEAF, indicó Portela, son trastornos frecuentes, pero infradiagnosticados, que se constituyen como la primera causa adquirida de trastornos del neurodesarrollo, siendo el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) su condición más grave. Algo positivo es que los TEAF son trastornos 100% evitables, por lo cual la prevención debe de erigirse como un recurso valioso en República Dominicana.
“La literatura científica nos dice al respecto que la deficiencia ejecutiva de los individuos con TEAF, a menudo asociada a trastornos de la conducta, progresan, en muchos casos, hacia la delincuencia a partir de la adolescencia y la edad adulta pudiendo ocasionar graves consecuencias en la persona que lo padece y en su entorno, si no se implementan intervenciones oportunas, por lo cual la prevención debe de ser la norma”, precisó Portela.
Además, y como parte de los resultados que se desprenden de la investigación, la investigadora sostuvo que se encontró una alta prevalencia general de consumo de alcohol durante el embarazo, superior al 50%, donde fue evidenciado un alto porcentaje de mujeres que toman alcohol desconociendo que están embarazadas, fruto de embarazos no planificados.
Esto constituye un riesgo para el feto en desarrollo, ya que este consumo, que se hace en total desconocimiento, tiene lugar dentro de los primeros meses del embarazo, claves en el desarrollo fetal, porque se produce la organogénesis.
Finalmente, Portela entiende que se necesita, desde los hospitales y universidades, seguir explorando y expandiendo esta línea de investigación como una manera de poder acumular estadísticas propias que permitan dar visibilidad a esta problemática social, con cifras que reflejen fielmente la realidad del país, puesto que es un tema muy poco investigado, donde no existen estadísticas que puedan guiar una correcta toma de decisiones.
De su lado, el director del Servicio Regional de Salud Metropolitano (SRSM), doctor Edisson Féliz Féliz, expresó que, aunque en la población general pueda tolerarse un nivel de consumo considerado como de bajo riesgo, en las mujeres embarazadas no hay una dosis de alcohol que garantice que no habrá complicaciones fetales, por lo que cualquier consumo puede ser riesgoso, considerando la abstinencia durante el embarazo como la mejor arma para evitar defectos de nacimiento y secuelas del neurodesarrollo que permanecerán durante toda su vida.