El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dio este miércoles positivo para COVID-19, un día después de que el país sobrepasó los 900.000 casos confirmados de esta enfermedad, según informó la Secretaría de Comunicación de la Presencia en un comunicado.
Lasso, de 66 años, no presenta síntomas y está despachando desde el Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno de Ecuador, que también alberga la residencia del mandatario, donde cumplirá los protocolos médicos correspondientes.
El positivo del gobernante ecuatoriano se conoció en el décimo día consecutivo de protestas contra la gestión económica del Ejecutivo, convocadas principalmente por la Confederación Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), con un saldo de dos manifestantes fallecidos y no menos de un centenar de heridos.
Lasso estaba pendiente de la respuesta del presidente de la Conaie, Leonidas Iza, para acudir a un diálogo del que de momento rehúye el líder al no confiar en que el Gobierno se comprometa a cumplir por completo el pliego de condiciones de su organización.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) condicionó su incorporación al proceso de diálogo propuesto por el presidente Guillermo Lasso, a la suspensión del estado de excepción que rige en seis provincias del país.
En un pronunciamiento por redes sociales, el máximo líder de la Conaie y principal promotor de la movilización, Leonidas Iza, dio respuesta así al ofrecimiento para iniciar un proceso de diálogo con el Gobierno, auspiciado por varias organizaciones de la sociedad civil, como la Iglesia católica, y al que Lasso ya ha aceptado asistir.
Iza evaluó esta novena jornada de la movilización social como una de las más violentas, sobre todo en Quito, donde se ha concentrado el grueso de la protesta.
El líder indígena advirtió de una “grave crisis política” por su descontento con la gestión económica del Gobierno de Lasso.
El Gobierno del presidente Lasso ha declarado en estado de excepción a las provincias andinas de Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Chimborazo, así como a la amazónica de Pastaza, en su afán de contener la movilización indígena que se ha instalado con fuerza en Quito.
Entre las demandas está la reducción y congelación de los precios de todos los combustibles, el control de precios de productos esenciales, el compromiso del Gobierno de que no se privatizarán empresas estatales y de que no se ampliarán ni darán nuevas concesiones mineras y petroleras en la Amazonía.
Estas protestas se dan después del primer año del mandato presidencial de Lasso, que se centró principalmente en la vacunación y en la reactivación económica.
Gracias a la vacunación, que registra un 83 % de mayores de 3 años con dos dosis, un 38 % con tres y cerca del 4 % con cuatro inyecciones, los niveles de contagios no repuntaron después de que a finales de abril se eliminase a nivel nacional la obligación de llevar mascarilla tanto en espacios públicos como cerrados.
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