Las autoridades de salud colombianas confirmaron este sábado dos nuevos casos de viruela del mono o viruela símica en Bogotá, con lo que se eleva a cinco los pacientes en los que se ha detectado la enfermedad en el país.
“Se trata de dos adultos, el primero de ellos con antecedente de viaje a Europa y el segundo, con nexo epidemiológico del primero y sin antecedente de viaje. Ambos positivos por PCR en diferentes muestras”, informaron en un comunicado conjunto el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud.
La información agregó que los dos casos permanecen aislados y se les ha dado manejo ambulatorio.
La Secretaría de Salud de Bogotá, que realizó la investigación epidemiológica de campo y el cerco epidemiológico a los contactos identificados, mantiene en seguimiento a los contactos referidos por el paciente con antecedente de viaje.
A la fecha, se han confirmado 5 casos de viruela símica en el país. 4 en Bogotá y 1 en Medellín. Los tres 3 primeros fueron informados el pasado 23 de junio.
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La Organización Mundial de la Salud, OMS, ha declarado que hasta este momento y pese a los brotes presentados en distintos países del mundo y tras una evaluación del riesgo, no se considera este evento como una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional.
“Es importante insistir y valorar antecedentes de viaje o contacto estrecho (incluso sexual) con personas en donde la viruela símica es endémica o en países afectados por brotes”, advierte el Ministerio de Salud de Colombia.
En su momento la directora de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud, Claudia Cuéllar, dijo que las manifestaciones de la viruela símica “suelen incluir fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y una erupción cutánea o lesiones maculopapulosas”.
Sin embargo, hizo un llamado a que estos reportes no causen alarma en la población e invitó a estar vigilantes de la sintomatología y los contactos con personas sospechosas.
En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen por sí solos en unas pocas semanas, pero en algunas personas pueden provocar complicaciones médicas e incluso la muerte.