Pese a los numerosos esfuerzos por aumentar los controles y la fiscalización de las compras públicas, resulta evidente que durante los últimos meses han aumentado los reclamos en torno a supuestas irregularidades.
Por eso el equipo de Nuria Investigación Periodística analizó las posibles causas detrás de lo que parece ser un auge de anomalías en las licitaciones, que incluso ha motivado que oferentes hagan sus propios experimentos en búsqueda de comprobar si realmente hay transparencia en los procesos.
También conversó con el director general de Contrataciones Públicas, Carlos Pimentel, para conocer cómo van las investigaciones de los sonados casos de los últimos meses.
La Dirección General de Contrataciones Públicas es una dependencia del Ministerio de Hacienda, creada por la Ley 340-06 como Órgano Rector del Sistema de Compras y Contrataciones Públicas de Bienes, Obras y Servicios del Estado, registrando a 464 instituciones.
De acuerdo a datos oficiales, entre agosto de 2020 y junio de este año, las instituciones compraron bienes y servicios por más de 220 mil 118 millones de pesos.
Enormes cantidades de dinero están involucradas, pero también una gran cantidad de denuncias de irregularidades.
La coordinadora general de Participación Ciudadana, Leydi Blanco, expresó “sabemos que las compras y contrataciones son esa brecha que dan paso a la corrupción”.
Por ejemplo, en este mismo mes de julio, se suspendió temporalmente la licitación de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (EDENORTE), para la compra de materiales y cables concéntricos, tras haberle adjudicado RD$222 millones de pesos a una empresa supuestamente relacionada sin el aval técnico ni legal, con una sobrevaluación de más de RD$84 millones de pesos.
Tampoco se puede dejar de mencionar al escandaloso entramado revelado en el Caso Medusa, donde, según el extenso expediente del Ministerio Público de más de 12 mil páginas, suplidores de confianza del exprocurador Jean Alain Rodríguez ganaban licitaciones a través de una serie de artimañas.
“Nos hemos enfocado en que hay una corrupción puramente administrativa. Pero señores, lo que hemos visto en los últimos casos de corrupción es que el sector empresarial también ha coludido y ha sido parte de esa corrupción. Se han repartido el país como si fuera un pastel”, indicó Blanco.
Ahora que se conoce con mayor profundidad como operan estos entramados los mecanismos de control han aumentado y varias instituciones se han quedado con el moño hecho.
Otros casos
Por ejemplo, el Ministerio de Educación, donde el 13 de julio pasado, la Dirección de Contrataciones Públicas suspendió un contrato superior a los 2,500 millones de pesos para la adquisición de libros digitales del nivel secundario de cara al año escolar 2022-2023, luego de que la Editora Actualidad Escolar denunciara errores en las fechas de los contratos y la adjudicación de lotes a las empresas que hicieron las ofertas más altas.
Y la lista se extiende aún más. Se puede mencionar casos como los denunciados en marzo del Instituto Nacional de Alcantarillado y Aguas Potables, con relación al saneamiento de la cañada Arroyo Gurabo, con una inversión de más de 1,204 millones de pesos, donde ganaron empresas que dan la impresión de ser de carpeta porque estuvieron inactivas hasta el 2021, poco antes de iniciar el proceso. También presentamos denuncias de anomalías en el Plan Social, en la adquisición de alimentos crudos para ser donados y un proceso de compra de electrodomésticos por más de 432 millones de pesos, donde todas las empresas beneficiadas estaban ligadas a una persona en particular: Munir Manuel Kury Hazoury.
Otras denuncias apuntan a la compra de la pintura usada por la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia en el programa Pinta tu Barrio en Navidad, en el que participaron empresas que parecen fantasmas o vinculadas entre sí para ganar la licitación por 55 millones de pesos. El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) tan poco se queda fuera, pues se ha informado que no hizo una selección transparente de los proveedores seleccionados, asignó raciones alimenticias bajo tráfico de influencia e hizo adjudicaciones ilegales en la licitación INABIE-CCC-LPN-2021-0009 y muchos otros…
“La corrupción para sacarla de las raíces, no es un proceso de un año ni de dos. Es que tenemos que hablar de que es un proceso de educar en integridad y transparencia”, apuntó Blanco.
Según testimonios, las irregularidades no solo ocurren en licitaciones públicas nacionales que son las que involucran grandes montos y que según la Dirección de Contrataciones Públicas representan el 42.7% de las transacciones.
Uno de los afectados, identificado como Armando Castillo, dijo que “dentro de las pequeñas ocurren más o igual cosas que las licitaciones grandes”.
Muestra de ello es la situación vivida el pasado 8 de junio por este joven, propietario de una lavandería que participó como oferente del Instituto Nacional de la Aguja (INAGUJA), en la contratación de servicios de lavandería para diferentes producciones de la institución, destinado a mipymes”, mediante el procedimiento de compra menor INAGUJA-DAF-CM-2022-0011, por un millón 200 mil pesos. Y en medio de esta lluvia de denuncias de irregularidades en las compras públicas, decidió hacer un pequeño experimento.
“Yo dije déjame ir, voy a ir lo último que yo pueda, que sea prudente a llegar lo más tarde que pueda a propósito, y me voy a quedar sentado, esperando a ver quién llega y quién no llega”, expresó Castillo.
Castillo cuenta que llegó a la institución ubicada en la calle Luis E. Pérez 49, Ensanche La Fe, a las 9 y 52 de la mañana.
“Yo presento mi licitación, se lo doy a la chica, firmo, que soy el único en la hoja, no hay más nadie. Me quedo sentado y dije me voy a quedar, que sean las diez y cinco. Nadie llega. No entró un alma a esa recepción”, indicó.
Incluso a las 10:01 de la mañana tomó una fotografía de la lista de los depositantes donde solo estaba su empresa Planchaki SRL, registrada a las 9:55 de la mañana. Pero resultó adjudicada una empresa que supuestamente depositó su propuesta de manera física, acudiendo a la institución a las 9:58 de la mañana, el mismo día que el joven.
Castillo afirmó que “no entendía cómo ya había perdido de alguien que no fue. Fue un fantasma, se presentó, firmó y entregó una licitación que no estaba”.
Según su registro mercantil, la empresa posee un diverso catálogo de servicios que va desde impermeabilización de techos hasta fumigación, materiales gastables, productos para centros médicos, ropa, calzados, transporte de pasajeros, electrodomésticos, servicios legales, instrumentos musicales hasta maquinarias textiles.
Blanco dijo que “eso es un ejemplo de cómo también tienen que comenzar a mirar hacia esas empresas, en la depuración de las empresas”.
El propietario de la lavandería establece que la empresa adjudicada también utilizó su oferta económica, presentando una propuesta ligeramente menor, justo lo necesario para poder ganar.
El afectado Castillo dijo que “no entendía cómo esa misma empresa que había licitado el año anterior a un 40% más caro y los precios de los combustibles se han disparado, todos los precios de insumos de lavandería están al doble, sino al triple. Cómo mágicamente Ahora yo pierdo”.
Ante todos estos casos mencionados la gran cuestionante es ¿Cuáles serían las posibles causas detrás de este repunte de denuncias de irregularidades en las compras públicas?
Para la coordinadora de PC “es algo positivo, si lo vemos desde el punto de vista del empoderamiento ciudadano. Cuando vemos ese auge de la denuncia, es que se entiende ahora mismo que hay mecanismos de control y fiscalización que no dan paso a la impunidad, explicó.
El experto en compras públicas, Teodoro Tejada, aseguró que “lo que está pasando no es que se empoderen o no, es que ha habido muchas fallas. Los Comités de Contrataciones están haciendo actos abusivos”.