El presidente turco , Recep Tayyip Erdogan, llegó este viernes al balneario de Sochi, en el mar Negro, para hablar con el jefe de Kremlin, Vladímir Putín, sobre la guerra en Ucrania, la aplicación de los acuerdos sobre exportación de cereales y la situación en Siria.
Según informan medios rusos, Erdogan viajó acompañado de una gran delegación que incluye a los ministros de Exteriores, Defensa, Energía, Finanzas, Agricultura y Comercio.
Erdogan se ha mostrado dispuesto a mediar entre Moscú y Kiev desde el inicio de la campaña militar rusa y, de hecho, su país acogió varias rondas de negociaciones entre rusos y ucranianos.
Con todo, las negociaciones se han estancado y los combates se han recrudecido en el Donbás, principal objetivo del Ejército ruso al comenzar en febrero la “operación especial militar” en el país vecino.
Además, el portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, precisó que Putín y Erdogan también intercambiarán puntos de vista “sobre cómo transcurrió la travesía del primer cargamento de cereales desde (el puerto ucraniano de) Odesa”.
Se refería al carguero Razoni, que llevó el lunes 26,500 toneladas de maíz desde Odesa al Líbano cruzando el estrecho de Bósforo.
Según informaron las autoridades turcas, otros tres buques partirán el viernes desde el puerto ucranianos de Odesa, Chornomosk y Pvidenny.
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Además de asuntos bilaterales, especialmente económicos, según peskov, los mandatarios tratarán la situación en Siria, para lo que también ha viajado a Sochi Hakan Fidan, el jefe de servicio de inteligencia turco.
Seún la prensa turca, Erdogan quiere conseguir el visto buenode Putin para una nueva operación militar turca en el norte de Siria contra las milicias kurdas, las Unidades de Protección Popular (YPG), que viene anunciado desde hace semanas.
Al respecto, Peskov destacó hoy en su rueda de prensa telefónica diaria la “legítima preocupación” turca en materia de seguridad, pero consideró “muy importante” evitar acciones que provoquen “la desestabilización de la situación en Siria”o que amenacen “su integridad territorial”.
Rusia es el principal aliado político y militar del dictador sirio, Bashar Ásad, mientras que Turquía ha apoyado a milicias islamitas opositoras al régimen desde que comenzó esa guerra civil en 2011.