Santo Domingo, RD.– El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, formuló hoy un llamado al Poder Ejecutivo y al Congreso Nacional para que dejen sin efecto los decretos números 1383, del 24 de octubre de 1975, y el 3473, del 6 de julio de 1978, en los que está apoyado jurídicamente la permanencia de las cenizas de Pedro Santana en el Panteón de la Patria.
Gómez Ramírez se expresó en esos términos al encabezar este martes 16 de agosto, junto a otros directivos, miembros y colaboradores del Instituto el acto conmemorativo del 159 aniversario de la Guerra de la Restauración de la Independencia Nacional, que incluyó el depósito de una ofrenda floral en el Panteón de la Patria, en la calle Las Damas de la Ciudad Colonial.
En la actividad, que contó con la participación de la presidenta de la filial duartiana en Perú, Leydis Sánchez, el presidente del Instituto Duartiano manifestó que el Panteón de la Patria es un espacio religioso que le es absolutamente ajeno a Santana.
Agregó que “la traición santanista, precedida de numerosos crímenes, injustas ejecuciones y desmanes, determinan que las cenizas de este sean exhumadas de este sacro lugar reservado a los buenos dominicanos que han defendido de manera consistente nuestra soberanía y libertades”.
Gómez Ramírez proclamó que “es hora ya de retornar los restos de Pedro Santana a la fosa de la parroquia Santa Cruz de El Seibo, de donde fueron desenterrados en 1978”.
La ofrenda floral conducida por soldados bajo pasos de orden cerrado, seguidos por la comitiva duartiana, se desplazó por la alfombra rojo vino hasta llegar a la llama votiva destacada en la parte central del panteón patrio, donde depositaron la colorida corona, colocaron en torno a la llama flores con los colores de nuestra bandera y procedieron a firmar el libro de honor reservado a los presiden estos tributos.
Luego, Gómez Ramírez manifestó que “acudimos a este augusto recinto a presentar nuestro respeto a los dominicanos de gloria que asumieron con determinación y coraje la defensa de nuestra Independencia Nacional arrebatada de manera inconsulta por el nefasto general Pedro Santana, quien incurrió en el crimen de anexar nuestro territorio a España, en 1861, convirtiéndonos de Estado en una provincia ultramar”.