Infobae.- Siendo una adolescente en crecimiento, Demi Lovato pasó por momentos complicados al desarrollar inseguridades físicas que derivaron en “ansiedad social” a los 12 años. También fue diagnosticada con desorden bipolar. Y en 2009, cuando tenía 17 años, probó por primera vez la cocaína según contó ella misma. “Mi padre fue un adicto y un alcohólico y supongo que quise saber lo que encontró allí”, se justificó.
El 1 de noviembre de 2010, en Lima, Perú, fue el primero de los tantos puntos de quiebre que sufrió Demi en cuanto a su salud. Su representante declaró que ella abandonó la gira que estaba compartiendo con los Jonas Brothers y el elencto de Camp Rock 2 para ingresar en un centro de rehabilitación. “Apoyamos la decisión de Demi de poner su salud en primer lugar y le enviamos nuestros mejores deseos”, decía un comunicado que emitió Disney por aquellos días.
A fines de enero de 2011 salió de la clínica y retomó sus compromisos tanto con la música como con el cine y la televisión, aunque siendo permanentemente supervisada por su familia y sus médicos para combatir sus adicciones y ciertos desordenes alimenticios. “Creo mi peor momento fue ese. Estaba muy enferma. Llegué a pensar que el jugo de naranja me iba a hacer engordar”, reveló Demi sobre aquella época. Mientras tanto, el show continuaba.
“Estaba deprimida a una edad muy, muy temprana. Me fascinaba la muerte. Me preguntaba cómo sería tener un funeral. Nunca supe por qué tenía pensamientos tan oscuros y me tomó mucho tempo descubrir qué es lo que pasaba”, declaró en su documental Simply Complicated, estrenado en 2017. “Mi consumo de drogas podía esconderlo donde fuera. No podía estar más de media hora sin cocaína. La llevaba en los aviones. Básicamente lo contrabandeaba y sólo esperaba a que todos en primera clase se fueran a dormir y lo hacía allí mismo. Me escabullía al baño y lo hacía”, contó sobre su adicción.
En junio de 2018, Demi editó una canción titulada “Sober” (”Sobria”), en la que confesaba que seguía lidiando con su adicción al alcohol. Fue más que un llamado de atención: un mes más tarde, fue trasladada de emergencia a una clínica después de que llamaran a una ambulancia por una sobredosis de fentanilo. En ese episodio Lovato le vio la cara a la muerte, pero pudo salvarse de milagro: por aquel entonces la rutina de la cantante consistía en el consumo permanente de heroína y crack.
“Mis médicos dijeron que tenía de cinco a 10 minutos más de vida. Si nadie me hubiera encontrado, entonces ya no estaría aquí. Crucé una línea que nunca había cruzado. Quiero dejar las cosas claras sobre lo que sucedió”, contó Demi con franqueza en su serie documental Demi Lovato: Dancing with the Devil, donde describió sus infiernos con crudeza, incluyendo la vez en que perdió su virginidad a los 15 años a través de una violación perpretada por un compañero de Disney. También habló del abuso que sufrió en manos de su dealer en la noche de la sobredosis que casi la mata.
“Cuando era adolescente, estaba en una situación muy similar. Perdí mi virginidad en una violación. Yo era parte de esa multitud de Disney que dijo públicamente que estaban esperando hasta el matrimonio. No tuve la primera vez romántica”, contó con tristeza, a la vez en que contó que la convivencia con su agresor -de quien nunca dijo su nombre- era constante. “Luego tenía que ver a esta persona todo el tiempo, así que dejé de comer y lo sobrellevé de otras maneras”, agregó.
A partir de esta condenable experiencia, Demi dijo que le disparó otros problemas severos: “Dejé de comer y me las arreglé de otras formas: cortándome, vomitando, lo que sea. Mi bulimia empeoró tanto que comencé a vomitar sangre por primera vez”. Pese a su lucha diaria, Lovato admite que una abstinencia “completa” le es muy difícil de lograr. Y contó que, como parte de su recuperación, todavía sigue bebiendo alcohol y fumando marihuana.
“Tuve la revelación de que me identifico como no binaria”, anunció Demi en mayo de 2021 en su podcast 4D with Demi Lovato. “Siento que esto representa mejor la fluidez que siento en mi expresión de género y me permite sentirme más auténtica y fiel a la persona que sé que soy y todavía estoy descubriendo”, aseguró. Sin embargo, este mes volvió a utilizar sus pronombres femeninos, tanto en la vida real como en la virtual y sus perfiles de redes sociales. “Soy una persona tan fluida, que últimamente me siento más femenina, así que lo he adoptado de nuevo”, dijo en una entrevista.
“El título del disco está basado en la dicotomía de ‘lo bueno y lo malo’, el hecho de estar contenta y enojada a la vez. Con las letras quería expresar mi vulnerabilidad y emociones como la ira y el empoderamiento femenino”, repitió una y otra vez en entrevistas recientes sobre su flamante HOLY FVCK, lanzamiento que apoya con una larga gira que, después de dos shows en Estados Unidos, tendrá próximamente su tramo sudamericano: dará cuatro funciones en Brasil (30 y 31 de agosto en San Pablo; 2 de septiembre en Belo Horizonte; el 4 en Río de Janeiro), una en Colombia (el 7 en Bogotá), otra en Argentina (el 9 en el Movistar Arena de la Ciudad de Buenos Aires) y la última, en Chile (tocará en Santiago el 13 de septiembre).