Aunque el Ministerio de Salud Pública y la Sociedad Dominicana de Cirugía Reconstructiva (SODOCIPRE) investigan por separados los casos denunciados de malas prácticas en procesos quirúrgicos encabezados por la doctora Nathaly Bello, han aparecido nuevos casos que acentúan más las quejas sobre la galena.
En Nuria Investigación Periodística se han realizado varios reportajes en el que muestran casos específicos en que la doctora Bello ha incurrido en malas prácticas quirúrgicas y ante la lentitud en la investigación llevada a cabo por Salud Pública, se hace preciso que se agilice antes de que aparezcan más denuncias que ponga en riesgo vidas humanas.
Las malas prácticas denunciadas contra la doctora Bello incluyen quemaduras en la piel, necrosis, infecciones, entre otras complicaciones productos de procesos quirúrgicos estéticos. En uno de los videos presentados en el reportaje se observa como una paciente bota líquido por una herida abierta y profunda en el abdomen bajo.
Una de las pacientes afectadas de nombre Yactxily Feliciano cuenta al programa de investigación que de haber sabido el resultado que tendría luego de la cirugía estética que le practicó la doctora Bello, se hubiera quedado con su anterior figura.
Esta puertorriqueña de 35 años de edad establece que desde aquel 10 de junio de 2021, cuando se realizó una liposucción 360 y de brazos, su cuerpo dejó de ser el mismo y no en el buen sentido de que está más bello, sino todo lo contrario.
Cuenta que estuvo al borde de la muerte y todavía hoy, un año y dos meses después, sigue recibiendo tratamientos.
Otras pacientes que durante los últimos dos años han pagado entre 5 mil y 9 mil dólares por liposucción 360, abdominoplastías, liposucción de brazos y transferencias de grasa lo explican.
Las pacientes coinciden en que la primera señal de que algo anda mal es que luego de realizado el depósito, el equipo no responde a las interrogantes y cuando lo hacen se tardan entre tres y cuatro días. Hasta que finalmente llega la semana de la operación. El equipo de la Doctora Bello exige a las pacientes procedentes de Estados Unidos o Puerto Rico llegar 3 días antes para realizarse las evaluaciones.
“Uno se siente un poco incómodo por la manera en la que las coordinadoras se comunican con uno que no es la más eficiente. Así que ya cuando uno comienza a ver las condiciones de la Clínica Imperial, que es la oficina de la doctora como tal, uno se siente un poco más tranquilo al ver que todo está muy limpio”, dice Patricia Áviles, una de las afectadas por los procesos quirúrgicos de la doctora Bello.
Según cirujanos que consultó el programa de investigación el tiempo va a depender de cada profesional, pero una consulta de primera vez de cirugía plástica puede durar entre 20 a 40 minutos.
“En esa consulta se conoce la paciente, se le piden sus generales, es decir, nombre, edad, dónde vive, sus teléfonos. Si viene acompañada con un familiar, ¿Quién es? Si no viene acompañada de un familiar, ¿Por qué no vino con un familiar? Luego se investiga su historia médica, ¿De qué enfermedades ha sufrido?”, dijo Rubén Carrasco, presidente de SODOCIPRE.
Según las pacientes esto no sucede con la doctora Nathaly Bello, aunque ella establece que depende de cada paciente pero que puede durar hasta 20 minutos.
“Por ejemplo, mira, un expediente médico de una paciente mía, pero te lo voy a mostrar rapidito porque es importante que se escuche la campana, la verdad. Mira mi amor, por ejemplo, la paciente en cuestión que se le hizo esta pacientes una joven de 23 años, no tenía ningún antecedente médico, sin embargo mi protocolo es muy extenso y por eso me cuido”, indicó Bello.
Las afectadas coinciden en el terrorífico escenario de preámbulo a las cirugías con la doctora Bello, lo que describen como una carnicería
“Yo amanecí llorando esa noche porque yo nada más decía Dios mío, ¿En qué carnicería fue que yo me metí?”, relata Merlys Nova, una de las afectadas, mientras que Patricia Álvarez, otra de las denunciantes, detalla que la metieron en un cuarto super pequeño y le colgaron un suero que ya tenía puesto de un tornillo que había en la pared y que al no haber haber ningún carro para que se fuera, la sentaron en una silla de computadora giratoria.
Coralis, otra afectada, detalla que tuvo una situación peculiar, “ya que cuando me van a poner el suero, el enfermero perdió su paciencia porque no me pudo canalizar y como ya me dolía tanto lo que hizo fue que espetó la jeringuilla en la camilla y se fue. Y ahí yo me quedé”.
Pero la negligencia que alegan las pacientes no solo ocurre en la Casa de Recuperación que la Doctora Bello califica de “lujosa” en sus brochures. Volviendo al trato post-operatorio denunciado por las pacientes, cuentan los difíciles momentos que les tocaron vivir en los primeros días de haberse realizado las liposucciones.
Estos son patrones de comportamiento atribuidos a otros cirujanos plásticos acusados de malas prácticas. Por eso en el programa Nuria Investigación consultó con una psiquiatra, quien no quiso perfilar ningún caso en particular nos dio una explicación científica de por qué los doctores acusados suelen mostrar poca empatía, frialdad, indiferencia, se niegan a asumir la responsabilidad e incluso hacen amenazas.
“Son criterios que son sugestivos de un trastorno antisocial de la personalidad o de una persona que tiene una psicopatía que es como se le llama comúnmente al trastorno antisocial de la personalidad. Es un hecho es el impacto que las malas prácticas de cirujanos provocan en la salud mental de las afectadas. Muchos de los pacientes terminan con síntomas de ansiedad y con síntomas de depresión e incluso se incrementa la inseguridad que tenían previamente. Entonces, lo ideal es que los pacientes posterior a este proceso continúen con un seguimiento psicológico”, indicó la doctora María Virginia González, psiquiatra forense.
Estas pacientes afectadas están a la espera de que tanto el Ministerio de Salud Pública, como la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica y Reconstructiva (SODOCIPRE), concluyan sus investigaciones en torno a las denuncias que rodean a la doctora Nathaly Bello y la Clínica Imperial.