Varios países europeos sufren el déficit y los precios crecientes de la energía. Incluso la leña se ha encarecido, ya que se observa como el combustible de la ‘última esperanza’, informó el Washington Post.
Las consecuencias de la crisis energética ya se hacen notar. En el Reino Unido los dueños de animales domésticos los abandonan por no tener dinero para alimentarlos. En Francia redujeron el tiempo de iluminación de la Torre Eiffel para ahorrar energía. En lo que se refiere a la madera, en Alemania se registran casos de robo de leña. Incluso hay estafadores que llevan a cabo prácticas fraudulentas y crean páginas web falsas haciéndose pasar por vendedores de leña. “Van en caravana o tractor […], tienen equipamiento profesional, cortan leña juntos y se la llevan”, constató Götz Bülow von Dennewitz, responsable para la observación forestal en la ciudad de Stuttgart.
Los ciudadanos europeos de a pie expresan su inquietud respecto a la situación energética. Jörg Mertens, residente de Munich, se queja de que compra menos comida y cree que no será capaz de pagar el alquiler de su vivienda en invierno, cita el periódico Washington Post. “La leña es el nuevo oro”, dijo Franz Lüninghake, administrador de sistemas de Bremen, donde han triplicado los costes de los pagos energéticos en comparación con el año pasado.
Mientras tanto, los funcionarios europeos siguen alertando a los ciudadanos de que deben aguantar la situación actual. “Putin juega al máximo. Así, cada corte de las entregas de gas ruso nos lleva a saltos en los precios. Este es el precio de esta guerra”, comentó Klaus Müller, jefe del regulador de energía alemán. Antes, la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, opinó que “los enemigos de la democracia esperan abusar de la crisis para proliferar fantasías apocalípticas, miedo e incertidumbre”.