Autoridades del Gobierno chileno informaron este miércoles que 195 personas fueron detenidas durante la jornada de protestas de ayer y se registraron más de 150 eventos de desorden público, en el marco de la tercera conmemoración del estallido social de 2019 que contó con un alto despliegue policial a nivel nacional.
Según reportó el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, se calcula que cerca de 1.200 personas “participaron directamente en eventos delictuales, incluyendo cuatro ataques a cuarteles policiales”.
Si bien las movilizaciones fueron de baja intensidad y no reunieron a un gran número de convocados, la estrategia de seguridad emanada desde el Ejecutivo incluyó un contingente de 25.000 agentes en todo el territorio nacional, 5.000 de ellos apostados solo en la Región Metropolitana, que alberga la capital y donde se concentraron los mayores puntos de conflicto.
A lo largo de la jornada, que inició con protestas durante las primeras horas la mañana, centenares de efectivos antidisturbios de Carabineros coparon en múltiples ocasiones la emblemática Plaza Italia (conocida como Plaza de la Dignidad), epicentro de la ola de protestas de octubre de 2019 que terminó con miles de heridos, centenares de mutilados oculares por disparos de la Policía y una treintena de muertos en todo el país.
El uso de carros lanza agua, tanquetas lanza gases y sustancias disuasivas como gas pimienta, además de piquetes instalados en esquinas claves del centro de Santiago, marcaron actuación policial que incluso utilizó el material contra periodistas y manifestantes pacíficos, quienes debieron recibir primeros auxilios por las brigadas de rescatistas voluntarios.
La mayoría de las concentraciones transcurrieron de forma pacífica, aunque encapuchados montaron barricadas en los alrededores de Plaza Italia y se registraron saqueos y decenas de policías heridos.
A primera hora, el presidente de la República, Gabriel Boric, se dirigió al país en cadena nacional televisada para recordar el estallido social que trazó el rumbo de la sociedad chilena hasta el día de hoy, abriendo un proceso constituyente que permanece inconcluso y bloqueado en el Congreso tras el rechazo a la propuesta de nueva ley fundamental en septiembre pasado.
“No fue una revolución anticapitalista ni tampoco una pura ola de violencia. Fue una expresión de dolor y de las fracturas de nuestra sociedad a las que la política no ha sabido dar respuesta”, dijo el mandatario.
Chile vivió en 2019 la mayor ola de protestas desde el fin de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990), que empezaron como una demostración contra el alza en el precio del boleto de metro y derivaron en un clamor por un modelo económico más justo y derechos sociales,
Los meses de movilización llevaron a señalamientos por parte de la ONU y diversos organismos internacionales contra el cuerpo policial de Carabineros por violaciones “generalizadas” a los derechos humanos.
EFE