Un francés de 69 años, con antecedentes por ataques racistas y que había salido de prisión el día 11 tras haber atacado un campamento de inmigrantes, mató este viernes a tres kurdos en las inmediaciones de un centro cultural de esa comunidad en el centro de París, en un tiroteo que provocó otros tres heridos.
Uno de ellos se encuentra en situación de extrema gravedad, según las autoridades.
El presunto autor de la masacre, un ferroviario jubilado, tenía acceso a armas por formar parte de un club deportivo de tiro y no pertenecía a ningún grupo o grupúsculo de extrema derecha, según indicó el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin.
“Los kurdos de Francia han sido blanco de un odioso ataque en el corazón de París. Mis pensamientos están con las víctimas, con las personas que luchan por sobrevivir, a sus familias y allegados”, indicó en Twitter el presidente, Emmanuel Macron, que rindió homenaje a las fuerzas del orden “por su coraje y su sangre fría”.
El ataque provocó una gran conmoción en la comunidad kurda de Francia, que se apresta a conmemorar el décimo aniversario del frío asesinato de tres de sus militantes el 10 de enero de 2013 a manos de un radical turco, que les disparó en la nuca.
Aquellos hechos tuvieron lugar muy cerca de la calle Enghien, en el céntrico distrito 10 de la capital en el que está muy arraigada la comunidad kurda de París.
En esa misma calle se sitúa el centro cultural que fue este viernes escenario de una masacre. Según los testigos presenciales, sobre el mediodía una persona se acercó allí, sacó un arma de una bolsa y comenzó a disparar.
Dos personas murieron en las puertas del centro comercial y una tercera en un restaurante cercano, al que acudió el autor de los hechos antes de refugiarse en una peluquería cercana donde fue reducido por las fuerzas del orden.
Según el Consejo Democrático Kurdo en Francia (CDKF), las tres víctimas, dos hombres y una mujer, son kurdas y miembros de esta asociación.
Darmanin se dirigió al lugar de los hechos y confirmó que, según los primeros elementos de la investigación, el autor del tiroteo tenía en su punto de mira a inmigrantes, aunque precisó que no se puede precisar si precisamente kurdos.
El ministro indicó que sus servicios no habían identificado una amenaza particular contra esa comunidad, aunque anunció que reforzará la seguridad en sus centros a la espera de analizar la situación.
NO RADICALIZADO
También señaló que el autor de los hechos no estaba fichado por radicalización, aunque confirmó que tenía antecedentes por actos racistas.
El último de ellos cometido a finales de 2021, cuando atacó con un sable un campamento de tiendas de campaña de inmigrantes subsaharianos instalados en una calle del distrito 12 de París.
Aquellos hechos le valieron un procesamiento y el ingreso en prisión preventiva, de la que salió el pasado día 11 bajo control judicial al cumplirse un año tras los barrotes, el tiempo máximo de detención provisional que permite la ley francesa para ese tipo de delitos.
Con anterioridad, el hombre había cometido otros ataques racistas en las inmediaciones de la capital.
El autor de los hechos, que resultó herido durante su arresto, será interrogado en las próximas horas para tratar de determinar el móvil de su acción.
La Fiscalía Antiterrorista espera ese interrogatorio para determinar si se trata de un atentado terrorista.
Por el momento, la investigación se centra en los delitos de asesinato, intento de asesinato, violencia voluntaria e infracción a la legislación de tenencia de armas, según indicó la fiscal de París, Laure Beccau, que también acudió al lugar de los hechos.
Las palabras de los responsables políticos no calmaron a la comunidad kurda, que tras la intervención del ministro ante la prensa comenzó una sonora protesta que terminó con enfrentamientos con las fuerzas del orden y daños en el mobiliario urbano.
Los agentes replicaron con gases lacrimógenos para calmar los ánimos, pero la manifestación, espontánea, continuó hasta entrada la noche.
Entretanto, la extrema izquierda francesa publicó varios mensajes apuntando a la ideología de ultraderecha como responsable del tiroteo.
El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, consideró el acto un “atentado terrorista” y pidió “mayor protección” para la comunidad kurda, al tiempo que la portavoz parlamentaria de su partido, Mathilde Panot, pidió neutralizar a “una extrema derecha que mata”.
La líder ultraderechista Marine Le Pen, por su parte, se limitó a condenar la acción y no entró en el debate sobre su autoría.
EFE