El congresista republicano Kevin McCarthy no logró los votos suficientes para ser elegido presidente de la Cámara Baja de EE.UU. en la duodécima votación celebrada este viernes, aunque logró cambiar el voto de varios de los congresistas díscolos que se negaban a apoyarlo.
Frente a los 20 republicanos ultras que se negaron a apoyarlo en votaciones previas, el californiano se enfrentó al rechazo de 7 de los congresistas de su partido que siguen impidiendo que se ponga fin al caos desatado en los últimos días en el Congreso.
Así, obtuvo un total de 213 votos a favor después de haber logrado, tras arduas reuniones celebradas en los últimos días, cambiar el voto de 14 congresistas, 13 que apoyaron previamente a otros candidatos y una más que se había abstenido hasta ahora.
Tendrá así que celebrarse una nueva votación, la número 13. Para ganarla, McCarthy tendría que lograr el apoyo de al menos 3 de los 7 congresistas que todavía lo rechazan y podría permitirse el lujo de que 4 no lo refrenden.
El demócrata Hakeem Jeffries logró 211 votos, los de todos los congresistas presentes de su partido, mientras que los otros dos aspirantes propuestos por los conservadores díscolos, el legislador de Misuri Kevin Hern y el de Ohio Jim Jordan, obtuvieron 3 y 4 respaldos, respectivamente.
El legislador de Florida Matt Gaetz, aliado del expresidente Donald Trump (2017-2021), fue quien propuso a Jordan y en su intervención previa a la votación aseguró que McCarthy no conseguirá los votos necesarios “ni hoy, ni mañana, ni la próxima semana, ni el próximo mes”.
Es, por tanto, uno de los huesos más duros de roer para el californiano, que aspira a convertirse en “speaker”, una importante figura política en el país entre cuyas funciones está fijar gran parte del calendario legislativo, decidir qué proyectos se votan y cuándo.
Sin un presidente de la Cámara Baja, la 118 lesgislatura del Congreso no puede arrancar y la única opción para elegirlo es que se sigan produciendo votaciones hasta que un candidato alcance la mayoría.
Un grupo republicanos ultra lleva desde el martes impidiendo a McCarthy hacerse con el cargo, dando su apoyo a candidatos conservadores alternativos, votación tras votación. Son el ala más derechista del Partido Republicano, agrupada en el llamado Freedom Caucus.