El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), Alexandre de Moraes, dictaminó este viernes mantener prisión preventiva para 942 personas que participaron en la toma bolsonarista del pasado 8 de enero de las sedes del Congreso, el Palacio de Planalto y el STF, ubicadas en la capital.
La decisión se tomó tras concluir el análisis de la situación de 1.406 individuos encarcelados después de los desmanes. Como resultado, el titular de la Corte Suprema ordenó liberar a 464 personas.
A estos individuos se les impuso una serie de medidas cautelares, entre ellas se cancelaron sus pasaportes y les suspendieron la documentación de portación de armas de fuego, al tiempo que deben llevar una tobillera electrónica. Además, tienen prohibido salir del país, usar redes sociales o ponerse en contacto con otros involucrados en los violentos sucesos, detalló la institución en un comunicado.
El magistrado afirmó que la vigencia de la prisión preventiva para los 942 arrestados, es una medida necesaria para “garantizar el orden público y asegurar la efectividad de las investigaciones”. En este sentido, se señala que los simpatizantes del exmandatario Jair Bolsonaro tenían la intención de “coaccionar e impedir el ejercicio de los poderes constitucionales”.
Los arrestados enfrentan cargos por actos preparatorios de terrorismo, asociación delictiva, abolición violenta del Estado democrático de Derecho, golpe de Estado, amenaza e instigación al delito.
Según los datos de la Secretaría de Estado de la Administración Penitenciaria (Seape), solo el 6 % de los que irrumpieron en las sedes gubernamentales provenía del Distrito Federal. Mientras, el mayor número de bolsonaristas participantes llegó desde el estado de Sao Paulo (271), seguido por Minais Gerais (200), Paraná (131) y Mato Grosso (103), recoge Metrópoles.
Tras la victoria del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de las presidenciales por un estrecho margen, los partidarios de Bolsonaro protestaron contra los resultados del balotaje, denunciando fraude. Algunos incluso llamaban a un golpe militar en el país con el fin de derrocar al Ejecutivo izquierdista.