La Guardia Civil ha golpeado el corazón de la banda latina Latin Kings con la detención de su fundador -en prisión desde 2003 por violar a punta de pistola a mujer- y de otras 15 personas en un dispositivo desarrollado en Madrid y Galicia que sontinúa abierto.
Según confirman fuentes del Instituto Armado, Eric Velastegui continuaba dirigiendo la organización desde la prisión de Teixeiro (A Coruña), donde se le ha comunicado su arresto. Todos los arrestados están acusados de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas, entre otros delitos. El operativo ha sido desarrollado por la Jefatura de Información de la Benemérita.
Eric Velastegui, a quien los suyos apodan ‘El Padrino’, fue detenido en el año 2000 por violar a un mujer en Madrid tras maniatar a su novio. La agredió sexualmente junto a otro hombre. Ese mismo año, había fundado los Latin Kings en España e importó las prácticas de esta banda originaria de Ecuador.
Los patrones de comportamiento de sus miembros abarcan robos, peleas e incluso violaciones a jóvenes que se salen de la disciplina interna. Mantienen una feroz lucha por el control del territorio con otras bandas locales, según las personas que han dejado la organización y se han atrevido a denunciar y recogen multitud de informes policiales a lo largo de los últimos 20 años.
Además, sus miembros profesan una lealtad absoluta al líder, que se autodenomina como supremo. Sus órdenes son incontestables. La sumisión es total. Hay cuotas de ingreso a modo de pruebas de valentía. Los delitos de sangre ayudan a subir escalones y esta prueba ayuda al cabecilla a saber hasta dónde están dispuestos a llegar sus súbditos. Según se desprende de los informes policiales, el aspirante tiene que demostrar una serie de actitudes para que lo acepten. Una de las pruebas, por ejemplo, es quemarse los genitales. Las agresiones sexuales también encuentran su hueco.
Los Latin Kings se caracterizan por un machismo exacerbado. Cuando una chica quiere ingresar en el grupo ha de pasar ineludiblemente por la cama del líder. En el caso de que quiera salir, las cosas son bastante más cruentas, casi desgarradoras. El último favor que ha de hacer es acostarse con todos los miembros del grupo. Si se resisten, «las retienen contra su voluntad y las violan».
El nombre del grupo también se asocia al tráfico de droga (especialmente de marihuana y cocaína), a una vestimenta ancha y colorida, un saludo específico y los crucifijos.
Pero, ¿Qué hace a estos jóvenes agruparse bajo estas condiciones?, ¿Qué pretenden con esto? Es necesario ahondar en los orígenes de la banda.
Uno de sus gérmenes son los bar ríos marginales de Latinoamérica, donde impera la ley del más fuerte. Acceder a los Latin es sinónimo de protección ante otras amenazas. Sin embargo, en España este leit motiv resulta ilógico. Aquí se pierde el sentido de controlar las calles. Algunos expertos atribuyen este comportamiento a un desarraigo.
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El hecho de llegar a un país distinto, con costumbres diametralmente opuestas y otra forma de ver la vida influye. Se agrupan y el sentimiento de pertenencia a un colectivo les ayuda a afrontar la nueva realidad en una sociedad distinta, explican los expertos consultados.