Madrid, 24 feb (EFE).- Los últimos derbis madrileños han ligado el nombre de Vinícius Junior a comportamientos que avergüenzan al fútbol español, de una minoría que mancha el nombre de un país a nivel internacional, y ante los que el brasileño ha respondido con fútbol. Nada de lo ocurrido le ha descentrado de su objetivo: convertirse en gran referente del Real Madrid y situar su nombre a la altura de los más grandes.
Llega Vinícius al derbi tras una nueva exhibición ante el Liverpool, su víctima favorita. Levantó al Real Madrid de la lona, con el que puede estar entre los mejores goles de su carrera. Y a su doblete, le añadió una asistencia que enmarcó una actuación que ha sido el salto definitivo al escalón de los más grandes del momento.
“Es el jugador más determinante del mundo”, aseguró su entrenador, el italiano Carlo Ancelotti, equiparando a ‘Vini’ a futbolistas letales como Kylian Mbappé o Erling Haaland. Lo cierto es que en el Real Madrid ha retomado el testigo del actual Balón de Oro ante la irregularidad de Karim Benzema por culpa de las lesiones este curso.
Con 18 goles y siete asistencias en 35 partidos, Vinícius va camino de mejorar sus registros y dar un paso más en un crecimiento sin techo. En su mejor curso, el pasado, alcanzó las 22 dianas y una veintena de asistencias. Números de un jugador que es un portento físico. Lo juega todo -este curso, pese al Mundial, apenas descansó en un partido- y nunca se lesiona. Su última baja fue por coronavirus en los primeros días de 2022.
“No intento callar a nadie, intento seguir evolucionando, batir mis metas y ayudar a mis compañeros que están todos los días conmigo hablándome de las cosas que realmente debo escuchar”. Son palabras de Vinícius. Ante los insultos, oídos sordos. Ante el racismo, fútbol y baile.
NÚMEROS QUE MEJORAR EN EL DERBI
La polémica ha acompañado a Vinícius en el derbi desde su irrupción. Incluso en los días de adaptación que protagonizó en el Castilla, recibiendo un mordisco en su cabeza de un canterano del Atlético de Madrid, el defensa Tachi. Una imagen que regresa a su mente cada vez que se mide al equipo vecino “porque es una escena muy diferente a lo habitual”, reconoce en su documental.
Por encima de los dos goles de aquel estreno que poco tuvo que ver con lo que vivió en su salto al primer equipo. Su debut oficial, como recurso a la desesperada de un Julen Lopetegui que no le veía en su “punto de cocción” con 18 años, llegó el 29 de septiembre de 2018 en un empate sin goles en el Santiago Bernabéu. Apenas dos minutos más el añadido para demostrar desde el primer instante su descaro, pedir siempre el balón y lanzar carreras desafiando rivales.
Ya fue diferente con el técnico que lo impulsó, el argentino Santi Solari, con quien disfrutó de su primera titularidad en un derbi madrileño en el Metropolitano en el que, pese a no marcar ni asistir, le sirvieron 57 minutos para ser el jugador que más regates realizó, siete.
Con Zinedine Zidane le costó. Suplente en los dos primeros derbis, con apenas 18 minutos en la final de la Supercopa de Europa, entrando en la prórroga y sin lanzar en la tanda de penaltis. Sin completar ningún partido ante el Atlético de Madrid en los años de la segunda etapa en el banquillo del técnico francés.
Todo cambió con Carlo Ancelotti. Siempre titular indiscutible, reservado en el derbi liguero del Metropolitano del pasado curso con la Liga ya en el bolsillo y la vista puesta en la Liga de Campeones. Jugando 29 minutos en la única derrota, indolora, del que comienza a ser un gran historial de partidos: 6 triunfos y tres empates, uno de ellos con título en la tanda de penaltis.
Aunque ‘Vini’ necesitó nueve derbis y la prórroga copera del décimo para estrenarse como goleador. Había repartido cuatro asistencias, dos en el último precedente liguero del Santiago Bernabéu, había provocado un penalti, se había estrellado con la madera en el segundo tanto, con Fede Valverde aprovechando el rechace, del triunfo de la primera vuelta de la actual Liga en el Metropolitano, pero hasta los cuartos de final de Copa del Rey del pasado 26 de enero, no logró dejar su sello en el gol.
Lo hizo cuando todos estaban exhaustos y él sigue explotando su fondo físico, con una acción en solitario hasta soltar un derechazo ajustado al poste. Fue su forma de responder a un acto vandálico que superó cualquier límite imaginable, la aparición de un muñeco negro ahorcado en un puente con la camiseta de Vinícius y una pancarta, “Madrid odia al Real”, a la que acabó replicando el brasileño, “Vini ama Madrid. Hay uno solo”.
Fue el segundo incidente consecutivo en el derbi tras el cántico a puertas del Metropolitano de un grupo de seguidores rojiblancos que corearon “¡Eres un mono, Vinícius eres un mono!”. Un comportamiento condenado por el Atlético de Madrid pero que se quedó sin castigo de la Fiscalía de Madrid al no considerarlos delito.
Ese momento desató un comportamiento de aficionados rivales en estadios que visita el Real Madrid en España que contrasta con lo que ocurre cuando juega en competición europea. LaLiga se ha volcado triplicando el número de personas que trabajan en los estadios para cortar de raíz cualquier insulto racista hacia Vinícius. Se produjeron en Mallorca y Pamplona, con sus correspondientes denuncias mientras que el brasileño eleva el fútbol por encima de todo y unas virtudes que ya le sitúan entre los mejores futbolistas del planeta.