Irán y Arabia Saudí anunciaron este viernes que han alcanzado un acuerdo para restablecer sus relaciones diplomáticas, rotas por Riad en 2016 tras los ataques sufridos en sus sedes diplomáticas en el país persa.
El acuerdo entre las dos potencias chií y suní de Oriente Medio se ha cerrado en China, donde las dos partes mantenían negociaciones con el apoyo de Pekín, según un comunicado conjunto de los tres países publicado por medios estatales iraníes.
“La República Islámica de Teherán y el Reino de Arabia Saudí han decidido reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas en dos meses”, de acuerdo con el comunicado.
Teherán y Riad han mantenido conversaciones en Pekín desde el lunes, lideradas por el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamjaní y el consejero de Seguridad Nacional saudí, Musaid Al Aiban, según la agencia iraní Tasnim.
“Las relaciones entre Teherán y Riad conducirán al desarrollo de la estabilidad y seguridad regional e incrementará la cooperación entre los países del golfo Pérsico y el mundo islámico para hacer frente a los retos existentes”, dijo tras la firma del acuerdo Shamjaní, según la televisión iraní Presstv.
El ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, y su homólogo saudí, Faisal bin Farhan, mantendrán una reunión en los próximos días para discutir la reapertura de sus embajadas y sus embajadores.
Arabia Saudí cortó relaciones diplomáticas con Teherán en 2016 tras los ataques sufridos en sus sedes diplomáticas en el país persa a raíz de la ejecución en el reino árabe de un importante clérigo chií.
En abril de 2021, comenzaron unas conversaciones en secreto entre Teherán y Riad en Bagdad, que más tarde se hicieron públicas. Además, las dos partes también mantuvieron contactos en Oman, sin que se anunciasen avances.
A mediados principios de 2022, Irán envió a tres diplomáticos a Arabia Saudí como representantes ante la Organización de Cooperación Islámica (OCI), en la primera vez en seis años que Teherán tenía presencia en el país rival.
Irán y Arabia Saudí, considerados las potencias chií y suní de Oriente Medio, respectivamente, se disputan desde hace años la hegemonía regional y apoyan a bandos rivales en conflictos de la zona.
Arabia Saudí ha acusado repetidamente a Irán de promocionar el terrorismo en la región mediante el apoyo de los rebeldes hutíes en el Yemen o de las milicias del grupo libanés Hizbulá, así como de tratar de desestabilizar los regímenes políticos de la zona.