Valladolid .– El Atlético de Madrid sigue con fuerza, mirando a esa segunda plaza liguera, tras imponerse a un peleón Real Valladolid, que mereció más en la segunda mitad, pero que no tuvo a la fortuna de su lado y, al final, acabó recibiendo un castigo demasiado severo.
El cuadro madrileño enseguida demostró el potencial de sus jugadores, hallando huecos, desde el inicio, y aprovechando las contras tras recuperación de balón, por lo que cada llegada al área blanquivioleta resultaba peligrosa. El primer aviso lo dio Molina, con un disparo que se topó con la zaga rival.
El Real Valladolid, con una defensa de cinco, buscaba tener el balón, para encontrar a Plata y Larin, referentes ofensivos del equipo, pero lo cierto es que sufrían demasiado cuando no lo tenían. De hecho, no fue capaz de impedir que Molina, tras un buen pase de Giménez, se plantara solo delante de Masip para marcar a placer y subir el 0-1 (minuto 20).
Los de Simeone se sentían muy cómodos. Demasiado. Tanto, que en un saque de falta que puso Griezzman, encontró a Giménez que, tras la mala salida de Masip, remató de cabeza para añadir otro tanto al marcador (m.24). En cuatro minutos, dos goles. Las cosas pintaban muy mal para un Valladolid totalmente perdido.
El Atlético de Madrid necesitaba solo un par de pases para hacer daño. La superioridad era tan evidente que, cuatro minutos después del segundo gol, Morata lograba un buen disparo que Hongla sacó ya en la línea, impidiendo la tercera diana del conjunto visitante.
Los vallisoletanos trataban de sacar fuerzas de flaqueza, en pos de un tanto que, al menos, diera esperanzas. Y Larin lograba llegar al área pequeña de los madrileños pero, cuando ya se cantaba gol, sorprendió con un remate muy flojo, que detuvo sin problemas Grbic, en la ocasión más clara de los locales.
No les dio tiempo a lamentarse, porque en la siguiente jugada, Griezmann volvía a demostrar su calidad para poner un gran centro que Morata se encargó de rematar a la perfección, para sumar el tercero del Atleti (minuto 38).
Y cuando parecía que el partido se iba a convertir en una auténtica pesadilla para los locales, Plata recibía un manotazo de Hermoso dentro del área y Mateu Lahoz no dudó en señalar un penalti, que transformó Larin para recortar diferencias antes del descanso (1-3 m. 41).
No quedaba otra para los de Pezzolano que rebelarse al máximo, y luchar por seguir remontando. Pero seguía resultando tremendamente difícil frenar a jugadores como Griezmann, que a punto estuvo de marcar en el minuto 57, pero su disparo salió por encima de la portería defendida por Masip.
Con los primeros cambios -Escudero e Iván Sánchez- el Real Valladolid recibió impulso, y Joaquín pudo subir un gol al casillero local, pero el balón fue repelido por el palo y, el posterior remate de Hongla, que sí acabó en la red, fue anulado por fuera de juego del camerunés.
La afición vallisoletana también empujaba a su equipo, sobre todo, cuando Escudero, con un gran remate de cabeza tras un córner, establecía el 2-3 (m.74). La fe levantó pasiones, hasta tal punto, que Sergio León, recién incorporado al juego, pudo empatar el encuentro, aunque el balón se topó con el larguero.
Entró el choque en una fase de dominio local y empezó a asediar al Atleti, con ambición y entrega. Pero el sueño se terminó para los locales, a causa de un flagrante error de Joaquín quien, en vez de despejar, metió el balón en la portería, lo que supuso el 2-4 (m.86).
Un auténtico jarro de agua fría para un equipo que había hecho méritos para empatar, tras una buena segunda mitad y que al final acabó goleado, con el último gol de Memphis, en jugada individual, en el minuto 90.