La policía española informó el apresamiento de una célula de la banda Los Trinitarios, quienes integraron una estructura que llevó a cabo estafas por más de 700 mil euros ( 770 mil dólares) por medio a fraudes bancarios.
Las autoridades informaron que parte del dinero obtenido por medio a método fraudulento era enviado a cuentas bancarias en el extranjero y también utilizado en la compra de inmuebles en República Dominicana.
Indican que se logró determinar que quince de los detenidos se dedicaba a acciones violentas y otros dos eran hackers que realizaban estafas financieras.
Las fuerzas de seguridad efectuaron varios registros domiciliarios en las ciudades de Madrid, Guadalajara (centro) y Sevilla (sur).
Con los beneficios, pagaban las minutas de los abogados, enviaban dinero a miembros de la banda encarcelados, satisfacían las cuotas de pertenencia, compraban droga para revenderla y adquirían armas para los enfrentamientos con grupos rivales.
Los detenidos están acusados de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales.
En los registros se encontraron listas de más de 300.000 personas a las que estafaban, 53 tarjetas bancarias a nombre de las víctimas, numeroso material informático, instrumentos para forzar puertas, ganzúas, candados, 5.000 euros (5.500 dólares) en metálico y documentos relacionados con la estructura de los Trinitarios.
La investigación sobre esta organización, que utilizaba herramientas informáticas y logística empresarial para las estafas, comenzó cuando los agentes averiguaron que algunos de sus miembros usaban tarjetas bancarias de otras personas para adquirir criptoactivos.
Con un programa informático adquirido a unos ciberdelincuentes, conseguían ver en todo momento los datos bancarios privados de las víctimas; éstas entraban en una web fraudulenta que simulaba ser la de su entidad financiera después de ser engañadas con un enlace enviado en un mensaje de celular.
Los detenidos obtenían así datos y contraseñas de los clientes y solicitaban préstamos bancarios de concesión inmediata, entre otros fraudes cometidos.
Parte de los ingresos era enviado a cuentas bancarias en el extranjero y también utilizado en la compra de inmuebles en República Dominicana.