Por Marcos Contreras.- Como cada último domingo de mayo, miles son los que se trasladan a distintos cementerios del país a visitar la tumba de su madre, su abuela, tías y otras, en el marco de la conmemoración del Dia de las Madres.
Esta fecha deja un amargo sabor en quienes vieron partir al ser que iluminó sus vidas con su amor, entrega y formación.
Tal es el caso de Joel Pinales, quien perdió a su madre hace nueve años como victima de accidente de transito y visita su última morada en el cementerio de la avenida Máximo Gómez en el Distrito Nacional.
“La recuerdo cada día de mi vida. Siempre digo que hubiera preferido partir de este mundo antes de imaginar lo que se siente vivir sin ella”, dice entre lagrimas el joven de 26 años.
Indica que su mayor satisfacción es ser un hombre de bien y honesto, y que tiene la esperanza de que su progenitora esté orgullosa de él en el más allá.
Lucía Guerrero apunta que a pesar de haber transcurrido años de la mañana en que vio a su madre cerrar los ojos victima del cáncer que le afectaba, aún su partida le duele igual.
“Cada vez que logro algo importante siento la nostalgia de desear que mi madre fuera testigo a mi lado de cada victoria que alcanzo”, resalta al añadir que tiene la esperanza de volverse a encontrar con ella luego de también partir de este mundo.
Entre llantos y colocando rosas con un beso entre sus pétalos, la mujer reitera “No pierdo la esperanza de volver a verla. Estoy segura de que la volveré a ver, el día que me toque morir. Por eso hago las cosas correctamente, solo para que Dios me premie con el privilegio de estar de nuevo a su lado”.
El dolor en José Ventura es más intenso, pues hoy hace precisamente un mes que le tocó perder a la suya. Asegura tener “esa herida abierta”, luego de la muerte de su progenitora el pasado 28 de abril.
“Yo estoy aquí pero no soy yo. Me duele saber que a pesar de los esfuerzos no pudo resistir esa operación. Esa herida la tengo abierta todavía”, explica.