El Parlamento francés aprobó, este 1 de junio, definitivamente una propuesta de ley destinada a controlar las prácticas de los influencers, tras meses de polémica y debates en el sector.
Es la primera ley en Europa que reglamenta las prácticas en que las estrellas de internet utilizan su fama para hacer publicidad y prácticas comerciales.
La ley define como influencers a aquellas personas físicas o jurídicas que utilizan su audiencia para promocionar productos o servicios a cambio de una remuneración. Se estima que en Francia hay unos 150.000.
Una vez establecida esta premisa, la ley permitirá regular la publicidad difundida por estos, por ejemplo, con la obligación de indicar las colaboraciones comerciales con la palabra “publicidad” de forma clara y legible a lo largo del vídeo.
Estará prohibido ensalzar las bondades de la cirugía estética o de cualquier procedimiento médico presentado como comparable a un protocolo terapéutico. Es decir, se acabó pues el tiempo de la publicidad de productos milagrosos para combatir la obesidad o el cáncer.