La semana pasada trascendió que una masiva cantidad de peces murieron en la Presa de Hatillo, en una situación que alarmó a los pescadores de las zonas, ya que desconocían las causas que produjeron la situación.
En un reportaje realizado por el equipo de N Investiga se recolectó muestras del agua en el 21 de Hatillo, el río Margajita, el Rio Sin, El 8 de Caballero, en la Sabana del Meladito y en el río Yuna, próximo al muro de la presa, a fin de analizarla en un laboratorio que pudiera dar respuesta a la situación de contaminación y muerte de los peces.
El laboratorio Franja, a través de pruebas microbiológicas y fisicoquímicas, analizó la calidad de agua, su potabilidad, así como la presencia de sustancias tóxicas en las diferentes zonas analizadas.
Los resultados registraron mayores niveles de contaminación como bacterias fecales y alta incidencia de nitratos y nitritos, especialmente en el río Margajita.
De acuerdo al médico microbiólogo, Frank Reyes, “el nitrato es una molécula que se presenta en la naturaleza o a través natural o a través del proceso de industrialización del ser humano. Este nitrato tiende a perfundir en todos los sistemas de agua”, por lo que se comienza a producir intoxicaciones “en todo tipo de vida, principalmente en la acuática”.
El galeno enfatizó que la presencia del nitrato representa graves consecuencias, principalmente en la agricultura, señalando que la ciudadanía estaría consumiendo “productos con metales tóxicos” y bacterias fecales que serán traducidas en enfermedades en el ser humano.
Cabe destacar que el Ministerio de Medio Ambiente realizó unos estudios cuyos resultados preliminares arrojaron que el único parámetro de los medidos en el lugar que se encontró fuera de niveles acostumbrados fue la clorofila, es decir que, según las pruebas, resultó positivo para la especie Mycrocysti, puntualizando que la presencia de ciertos tipos de algas y bacterias fotosintéticas puede resultar tóxica para peces y otras especies.
Sin embargo, otros profesionales consideraron que este informe no era claro y que no disipaba las dudas que tenían los pescadores sobre la muerte de los peces.
“Ese ese puede ser un factor, sin embargo, de ser este factor, las muertes serían continuas y recurrentes”, sostuvo el ambientalista Luis Carvajal, quien además calificó este informe como “muy poco claro y deja mucho espacio a dudas”.
Además, el microbiólogo, Frank Reyes cuestionó el informe de la entidad y planteó que el alga mycrosisti no es un patógeno.
“La lila es una consecuencia de una mortalidad, de un de un suceso, de un de un incremento de nitritos. No es una causa”, sostuvo Reyes.
Mientras, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) también ha participado en las inspecciones que encabeza Medio Ambiente y por su parte llevan a cabo otros estudios en su propio laboratorio, asegurando que aún no tienen resultados completos a causa de la duración de algunas muestras.
Cabe resaltar que el Indrhi establece que monitorea constantemente el agua que entrega a los usuarios.
“Revisamos la calidad del agua que le estamos entregando a los diferentes usuarios que nosotros servimos, como son los usuarios de riego y también algunos acueductos. Contamos con un laboratorio interno de la institución para para hacer esa labor”, expresó Juan Fulvio, asesor gestión medioambiental INDRHI.
Otras de las hipótesis establecidas por técnicos del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA), quienes tomaron muestras un día después del suceso, es que las muertes podrían producirse por las altas temperaturas.
“La temperatura del agua estaba entre uno 32.4 y en una presa debe andar entre los 28 o 29 en época de frío. Ya, ya sea en noviembre, febrero o marzo, llega a bajar hasta 18 o 19 grados 20 22. Entonces, el factor aquí vamos a decir común, es la alta temperatura que están viviendo esos ecosistemas ahora, no solamente en esa presa, sino en todo el territorio nacional”, explicó.
En ese sentido, indicaron que, en otros países como Texas, Estados Unidos, como en Barraquilla, Colombia, se habían producido mortandad masiva de peces, debido a la incidencia de calor.
Otras denuncias
Pese a esta situación que se presentó en la Presa de Hatillo, este mismo mes se han registrado denuncias similares en Villa Salma, Samaná, donde comunitarios denunciaron a través de las redes sociales miles de peces muertos.
El Instituto Nacional De Aguas Potables Y Alcantarillados (INAPA) aclaró que el motivo fue la detención de la bomba que genera oxigenación, fruto de un sabotaje al tendido eléctrico realizado por individuos aún no identificados.
Un fenómeno similar de también se produjo hace semanas en Los Negros de Azua que de acuerdo a un informe de Medio Ambiente apunta a una posible acumulación de contaminantes químicos y orgánicos, provenientes de actividades humanas y procesos naturales, arrastrados hasta el lecho marino por las escorrentías.
Mientras, esta semana, otro ciudadano también denuncia esta situación en los ríos y lagunas del Cayacoa Golf Country Club.
Las personas afectadas en la Presa de Hatillo aún esperan por respuestas, el informe final de Medio Ambiente y los resultados necrológicos o autopsias que está haciendo el Laboratorio Veterinario Central.
