La Kings League ha celebrado su gran final y para amenizar los tiempos Gerard Piqué organizó una fiesta en toda regla. Si hay algo clave en cualquier celebración eso es la música y consciente de ello y también de la repercusión que cada uno de sus actos tiene, el que fuera jugador del Barça apostó por el último hit de Shakira como plato fuerte. Copa Vacía es el dueto que la colombiana canta con Manuel Turizo.
Un single que, de nuevo, está cargado de referencias a su separación a los últimos tiempos de pareja con el padre de sus hijos, que sonó con fuerza en el estadio, en directo con la voz de Turizo y de fondo en las estrofas de la colombiana. Un momentazo de lo más sorprendente en el que el catalán no estuvo ante el público ya que, según han comentado los allí presentes, desapareció de la vista de todos cuando sonaba el tema.
El gesto, que se une a su aparición con un reloj Casio o su paseo en Twingo en la sorprendente lista de respuestas surrealistas a las canciones de su ex, no pasó desapercibido para el público del evento, que no dudó en afear la decisión del deportista cuando fue a dirigirse a ellos micrófono en mano. A gritos de “Shakira, shakira”, el estadio abucheó al novio de Clara Chía, que tuvo que esperar a que dejasen de corear el nombre de la madre de sus hijos para comenzar a hablar. Todo esto en su propio evento.
Pero la cosa no terminó ahí. Los jugadores, presidentes y el equipo de la Kings League acudieron posteriormente a una discoteca para celebrar el fin de la temporada. Cuando se subió al escenario, Gerard Piqué volvió a recibir cánticos a favor de su ex, que esta vez tuvieron respuesta. “¿Y qué pasa? ¿Qué pasa?”, preguntó. “Me da igual, soy campeón del mundo y vosotros no sois nadie”, expresaba entonces. Como colofón, Iker Casillas pidió que pusieran el Waka Waka de Shakira para vacilar a su amigo.
Sus palabras no siempre agradan a las masas. No obstante, si hay algo en lo que Gerard se está haciendo experto es en conseguir que se hable de él y sus proyectos, sin importarle lo más mínimo que sea bien o mal. Así, si lo que pretendía era que la gran final de su liga alternativa de fútbol acaparase titulares, lo ha conseguido con creces. Si para conseguirlo ha tenido que hacer facturar a su ex y convertirse en objeto de burlas parece, a todas luces, que es algo que no le importa lo más mínimo.
EL MUNDO