Redacción Deportes, 7 ago (EFE).- La selección inglesa consiguió este lunes su billete para los cuartos de final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda al salir vencedora de la tanda de penaltis contra Nigeria por 4-2, después de acabar el partido con empate a cero y una jugadora menos sobre el terreno de juego.
Porque si bien las actuales campeonas de Europa avanzan a la siguiente ronda, lo hacen tras un choque que no dominaron, en el que las africanas desarbolaron, sobre todo en la primera parte, la estrategia de Sarina Wiegman-Glotzbach, y que les priva para el siguiente encuentro de la competición al recibir una roja directa a una de sus futbolista clave, Lauren James.
Inglaterra buscó dominar el esférico desde un inicio, como en los encuentros ya disputados del presente Mundial, y si bien mantuvo en gran medida la posesión, no conseguía crear peligro y romper líneas entre la defensa verde.
Todo lo contrario que las nigerianas, que tras cada recuperación del esférico automáticamente buscaban las espaldas de las jugadoras de banda inglesas con Ifeoma Onumonu y Rasheedat Ajibade, o con los desbordamientos de Michelle Alozie y Ashleigh Plumptre.
Las futbolistas africanas gozaron de varias oportunidades en el primer cuarto de hora, siendo la primera de ellas un remate de cabeza de Alozie que sacó Alessia Russo a pocos metros de la meta.
Pero fue Plumptre la que, por partida doble, estuvo a punto de abrir el marcador, primero con un tiro desde el borde del área que hizo temblar el larguero, y en una acción casi consecutiva con un remate que tuvo que despejar Mary Earps en el palo corto.
Esta estrategia de las “Super Falcons” impidió a Lucy Bronze y Rachel Daly incorporarse más al ataque, y obligó a James a bajar en muchas ocasiones a hasta la altura de su defensa para poder recibir el balón, ya muy lejos de unas atacantes desconectadas del resto del equipo.
Aún así las “Lionesses” también tuvieron su oportunidad clara para anotar el primer tanto del encuentro cuando Blessing Demehin falló en su intento de golpear la pelota en un despeje, lo que dejó a Russo sola ante Chiamaka Nnadozie.
El disparo de la delantera inglesa fue directo a las manos de la guardameta, al igual que una volea posterior de Daly tras un córner lanzado por Alex Greenwood.
Aunque la verdadera acción que podría haber cambiado el devenir de la primera parte fue un penalti pitado a favor de las actuales campeonas de Europa, previa revisión del VAR, y que la colegiada hondureña Melissa Borjas decidió anular tras visualizar las imágenes de la jugada en el minuto 34.
A la vuelta de los vestuarios los técnicos decidieron mantener las piezas en el tablero tal y cual terminaron los primeros 45 minutos, y poco tardaron las jugadoras de Randy Waldrum en provocar el primer susto en las inglesas.
La primera acción ofensiva de las nigerianas acabó con un remate de cabeza de Uchena Kanu que volvió a visitar el larguero del arco defendido por Earps, una ocasión que dio paso a un despertar de las “Lionesses”, con la aparición de James en zonas más cercanas al área, además de acciones y tiros más o menos peligrosos por parte de Russo y Daly.
La entrada en el minuto 58 de la barcelonista Asisat Oshoala buscó reactivar el descaro nigeriano en ataque, pero no hizo sino provocar una situación de estancamiento donde si bien se provocaban situaciones ofensivas en ambos fondos, ninguna de ellas revestía un peligro que hiciera pensar que el esférico visitaría las redes de las arqueras.
Algo que podía cambiar en cualquier momento, como muchos imaginaron estuvo a punto de conseguir Daly en el minuto 76, cuando su cabezazo iba directo al interior de la meta de no ser por una rápida intervención de reflejos de Nnadozie.
Para cuando las “Super Falcons” realizaron su segunda sustitución, por ninguna de Sarina Wiegman-Glotzbach, el choque se convirtió en un caótico y a su vez abierto ida y vuelta.
Esto sacó del partido a una Lauren James, estelar ante China, pero inconsciente este lunes al dejar a sus compañeras con una menos con la prórroga en el horizonte al pisar a Alozie estando la nigeriana en el suelo sin balón de por medio.
Una superioridad numérica que en los primeros compases del tiempo extra no se materializó en un dominio claro de las africanas, a pesar de contar con oportunidades como la que dejó a Alozie sola ante una portera inglesa que solo pudo ver como el disparo se iba largo.
Los últimos quince del choque fueron un constante ‘quiero y no puedo’ nigeriano, a veces con amplitud, otras con juego directo, pero siempre ante una muralla inglesa, más o menos firme, consciente de que los once metros eran el mal menor.
Unos penaltis, perdidos por Nigeria tras fallar sus dos primeros intentos, en los que no compareció la barcelonista Keira Walsh, reemplazada al borde de la tanda tras pasar desapercibida a lo largo de los 120 minutos que estuvo sobre el terreno de juego, algo preocupante para una de las que se supone anclas de su selección, y más ante la baja de James en los cuartos de final.