Moscú.- El líder ruso, Vladímir Putin, no quiere sorpresas en su camino a la reelección, por lo que ha lanzado una nueva purga entre las filas opositoras con el fin de garantizar una victoria aplastante en las presidenciales de 2024.
“La espiral de represión en Rusia no se ha detenido ni un solo día. La rueda sigue rodando. ¡Libertad para los presos políticos!”, aseguró a la prensa Oleg Orlov, veterano activista de la proscrita organización de derechos humanos Memorial, a la salida del tribunal, donde es juzgado por desprestigiar al Ejército.
La Justicia liquidó el viernes el Centro Sájarov, el último lugar de reunión de la disidencia en Rusia. En las últimas semanas el líder opositor, Alexéi Navalni, fue condenado a otros 19 años de cárcel por extremismo, y varios ciudadanos rusos fueron encarcelados simplemente por criticar públicamente la guerra en Ucrania.
La última víctima de la represión ha sido la organización Golos, el principal observador electoral independiente de este país y el azote del fraude desde su fundación en 2000, año en que Putin ascendió al Kremlin.
Su copresidente, Grigori Melkoniants, fue detenido el jueves y el tribunal ordenó el viernes su arresto como medida preventiva hasta el 17 de octubre, supuestamente por coordinar el trabajo de una organización “indeseable” en Rusia, es decir, la Red Europea de Organizaciones para el Monitoreo de las Elecciones (ENEMO).
El apresamiento de Melkoniants provocó una ola de indignación, incluso entre figuras cercanas al Kremlin, como la jefa de la Comisión Electoral Central (CEC), Ella Pamfílova, quien recordó que las críticas de Golos “a veces nos ayudaron mucho».
La acusación contra Melkoniants es política y los cargos fabricados e inventados”, comentó Orlov a varios medios, entre ellos EFE.
EFE.