Nueva York.- Un extraordinario talento generacional, un prodigio de dos vías que lanza y batea como los ángeles, una estrella que podría firmar un contrato de más de 500 millones de dólares. Todo eso es el japonés Shohei Ohtani, la gran figura de la MLB en estos momentos y cuyo nuevo acuerdo como agente libre apunta a romper todos los récords.
“¡Vamos, Ohtani! ¡El futuro jugador de los Mets!”. El pasado domingo 27 de agosto, los Mets recibían a Los Angeles Angels en el Citi Field de Queens. Era una las últimas tardes calurosas del verano en Nueva York, las cervezas corrían sin descanso y al otro lado de la calle ya se preparaba todo para el comienzo del Abierto de Estados Unidos de tenis.
Sin embargo, en el estadio había más expectación por ver al extraordinario Shohei Ohtani del equipo rival que interés en respaldar a los Mets. Tanto fue así que un fan local despertó las risas de la grada superior al animar al japonés como si ya estuviera hecho su fichaje por los neoyorquinos.
Nada más lejos de la realidad. El destino de Ohtani es una incógnita y un tema de conversación constante en la MLB pese a que los ‘playoff’ de las Grandes Ligas empiezan en poco más de una semana. Lo único seguro a estas alturas es que su contrato con los Angels acaba al final de esta campaña y que no le van a faltar pretendientes para ficharle ni ceros al cheque que le pongan delante.
UN TALENTO FUERA DE LO COMÚN
Una de las maneras más fáciles de entender por qué Ohtani es tan ‘especial’ es que el nombre con el que le comparan a menudo es el de Babe Ruth (1895-1948), quien está considerado de forma mayoritaria como el mejor jugador de la historia de la MLB.
El genio nipón, de 29 años, comparte con Babe Ruth esa cualidad tan singular como extraordinariamente atractiva de ser un jugador de dos vías. Es decir, se sube al montículo para lanzar pero también es bateador en la ofensiva.
En las dos facetas brilla, tanto que fue el MVP de la Liga Americana en 2021 y es el candidato destacado para llevarse el mismo galardón este año.
Ohtani, que acaba de pasar por el quirófano para solucionar una lesión en el codo y que ya no va a competir en los partidos que quedan, ha conseguido como lanzador una marca de 10-5 con una efectividad de 3.14 además de 167 ponches en 132 entradas en 23 salidas.
En ataque, Ohtani cerró su año con un promedio de bateo de .304 y, con 44 ‘home runs’, sigue siendo el líder de la Liga Americana en ese apartado pese a que no compite desde el 3 de septiembre por sus problemas físicos.
Ohtani desembarcó en 2018 en los Angels, una franquicia que solo ha jugado los ‘playoff’ en una ocasión (2014) en los últimos catorce años contando este. Así, el gran reclamo de la MLB todavía no ha competido en las eliminatorias camino de las Series Mundiales, aunque eso podría cambiar pronto.
UN DESTINO Y UN CONTRATO PARA OHTANI
Seguir en los Angels, cambiar de equipo sin dejar el sur de California y pasarse a Los Angeles Dodgers, mudarse de costa y fichar por los New York Yankees… Hay tantas opciones para el futuro de Ohtani como suspiros por los fans que le rezan a los dioses del béisbol para que este incomparable talento acabe en su equipo.
Pero sí hay una cosa clara: el que quiera ficharle tendrá que abrir la cartera y vaciar todo lo que tenga dentro.
Como referencia, el mayor contrato -por volumen total, no por promedio anual- jamás firmado en la MLB es, curiosamente, el de 2019 de un compañero suyo de los Angels: Mike Trout con 426,5 millones de dólares por doce años.
Por cierto, Ohtani tumbó a Trout como lanzador en un fascinante cara a cara para el último ‘out’ el pasado marzo con el que Japón doblegó a Estados Unidos para llevarse el título en el Clásico Mundial de Béisbol.
Otro espejo en el que mirarse, más reciente, es el de Aaron Judge, que el pasado diciembre renovó con los Yankees por 360 millones en nueve años.
El consenso básico de los expertos respecto a Ohtani es que su contrato superará los 500 millones pero algunos llevan esa cifra mucho más allá.
Por ejemplo, un análisis muy trabajado en ESPN de Bradford Doolittle el pasado agosto llevaba la cifra hasta los 624 millones tomando como base un contrato de once años y las referencias de lo que consiguieron recientemente Trea Turner con los Phillies y Gerrit Cole con los Yankees.
Evidentemente, se trata de un juego de suposiciones ya que Ohtani podría primar un contrato más largo con menor promedio anual o un acuerdo a corto plazo con un salario más abultado en pocos cursos.
Pero si superara los 500 millones, Ohtani estaría, por ejemplo, muy por encima de Jaylen Brown de los Boston Celtics, que este verano firmó el mayor contrato hasta ahora en la NBA (304 millones en cinco años).
En esta fascinante carrera por convencer a Ohtani hay, no obstante, una inquietante sombra: el estado de su codo derecho, ya que este martes tuvo que pasar por quirófano para solucionar unos problemas de ligamentos de los que también se operó en 2018 (entonces siguió un procedimiento más complejo y de más difícil recuperación).
De entrada, y tras esta nueva operación, ya se sabe que en 2024 podrá batear pero las labores de lanzador no las podrá retomar hasta 2025.
Pese a ello, millones de fans en la MLB ponen velas para que el japonés desembarque en su equipo, tanto como aquel fan de los Mets al que no le importó nada animar a un contrincante si así garantizaba que Ohtani sería en el futuro uno de los suyos.