Un ataque ruso con misiles mató a un niño de 10 años y a su abuela el viernes en la ciudad de Járkiv, en el noreste de Ucrania, según las autoridades, un día después de que el operativo más letal del Kremlin en los últimos meses se cobró la vida de al menos 51 personas más en la región.
Reporteros de The Associated Press vieron como los equipos de emergencias sacaban el cuerpo del menor de entre los escombros de un edificio luego del ataque registrado a primera hora de la mañana. El niño llevaba un pijama con un dibujo de Spiderman.
La abuela del menor también falleció en el ataque y un niño de 11 meses resultó herido, explicó el ministerio del Interior, Ihor Klymenko, en Telegram.
Otras 28 personas resultaron heridas, añadió Klymenko, que dijo que el operativo de rescate continuaba en marcha.
Puedes leer: Rusia anuncia la creación de nueve regimientos de reserva para la guerra en Ucrania
Sobre el ataque
Las autoridades apuntaron que, de acuerdo con la información preliminar, las fuerzas del Kremlin habían utilizado dos misiles Iskander en el ataque ruso los mismos que dispararon en la víspera sobre la localidad de Hroza.
Uno de los misiles dejó un cráter en la calle en la que impactó mientras que otro alcanzó un edificio de tres plantas y provocó un incendio, dijo Oleh Syniehubov, jefe del gobierno regional de Járkiv.
La calle quedó llena de escombros y los edificios colindantes estaban ennegrecidos por la explosión, que rompió ventanas y dañó autos estacionados.
Yevhen Shevchenko, que vive en un edificio de nueve plantas próximo, contó que en el momento del ataque estaba en la cama. “Hubo una onda expansiva, una explosión potente. Hizo saltar las ventanas y las puertas del departamento por los aires”, afirmó.
La fiscalía regional de Járkiv dijo que el menor falleció debido al ataque, que dejó también 23 heridos.
En la víspera, un misil balístico Iskander ruso redujo a escombros un café y tienda en Hroza, una localidad del este de Ucrania, y se cobró la vida de al menos 51 civiles, según funcionarios ucranianos.
Momento en el que se produjo el ataque
Alrededor de 60 personas, entre las que había menores, asistían a un velorio en el establecimiento cuando se produjo el ataque, añadieron.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, negó el viernes que Rusia fuese responsable por el ataque en Hroza e insistió, como ha hecho Moscú en el pasado, que su ejército no ataca instalaciones civiles.
Los de Hroza son la mayoría de los 54 civiles muertos en todo el país en las últimas 24 horas, según reportó la oficina presidencial ucraniana el viernes.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que estaba “conmocionado y triste” por el ataque en Hroza.
En un mensaje en X, la red social antes conocida como Twitter, apuntó que sus observadores de derechos humanos querían visitar el lugar para recopilar información. “La rendición de cuentas es clave”, indicó.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, que asistía a una cumbre con medio centenar de líderes europeos en España para recabar el apoyo de sus aliados, calificó el incidente de “crimen ruso fehacientemente brutal” y “un acto de terrorismo totalmente deliberado”.
Su presencia en la reunión buscaba garantizar más ayuda militar, entre otros objetivos, y Zelenskyy dijo el jueves en la noche que sus esfuerzos habían arrojado resultados.
“Tendremos más sistemas de defensa aérea”, escribió en su canal de Telegram. “Habrá más armas de largo alcance”.
Las defensas aéreas son cruciales para Kiev en un momento en que las autoridades tratan de evitar ataques como los de Járkiv mientras se teme que Moscú reanude su campaña de ataques a instalaciones eléctricas durante el invierno, repitiendo la táctica del año pasado, cuando trató de socavar la moral de los ucranianos dejándolos sin electricidad.
Zelenskyy también intenta pelear contra los indicios de que el apoyo occidental a su esfuerzo bélico podría estar debilitándose.
La preocupación por el reabastecimiento de las fuerzas de Kiev se ha acentuado en medio de la agitación política en Estados Unidos y de las advertencias de que las reservas europeas de munición y material militar se están agotando.
El gobierno de Suecia anunció el viernes que tiene previsto enviar a Ucrania un paquete de ayuda militar valorado en 2.200 millones de coronas (199 millones de dólares), que incluye principalmente munición de artillería de 155 milímetros.
Fuente: AP