Jerusalén, EFE – Con 54 palestinos muertos, entre ellos una docena de menores de edad, la primera semana de la guerra desatada por el ataque de la milicia islamista Hamás desde Gaza ha resultado ser la más mortífera para los habitantes de la Cisjordania ocupada, al menos desde el fin de la Segunda Intifada en 2005.
Desde el inicio de la guerra el sábado 7 de octubre hasta la tarde de ayer, las fuerzas israelíes han matado a 49 palestinos en Cisjordania, incluidos 13 menores de edad, a lo que se añaden otros cinco palestinos asesinados por colonos israelíes en el territorio ocupado, según datos de OCHA, la Oficina Humanitaria de Naciones Unidas.
“Esta ha sido la semana más mortífera para los palestinos de Cisjordania desde que OCHA inició el registro de víctimas en 2005″, el año en el que fue perdiendo intensidad la Segunda Intifada, el levantamiento civil palestino en Cisjordania iniciado en 2000, afirma la OCHA.
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El Ministerio de Sanidad palestino constata este domingo una cifra de 56 muertos, incluido un joven que falleció anoche en el municipio de Tulkarem y otro que murió hoy cerca de Nablus, y más de 1.200 heridos, mientras que el total de víctimas, incluidas las de la Franja de Gaza, supera ya los 2.300 muertos y 10.000 heridos, la cifra más elevada registrada en enclave palestino.
SOLO UNA VÍCTIMA DE ISRAEL
La única víctima israelí en Cisjordania es un soldado que murió el viernes pasado cerca de Nablus por disparos de otra unidad militar, cuando dos diferentes pelotones perseguían a unos palestinos que habían lanzado piedras a un coche, informa la prensa hebrea citando fuentes del Ejército.
Las Fuerzas Armadas israelíes han confirmado la detención, desde que comenzó la guerra, de 330 palestinos en Cisjordania, entre ellos 190 supuestamente afiliados de Hamás.
Durante toda la semana se han registrado protestas palestinas en numerosos puntos de Cisjordania, disueltas por las fuerzas de seguridad israelíes con gas lacrimógeno, balas recubiertas de goma y munición real.
La Media Luna Roja en Cisjordania informó ayer de que sus equipos han asistido a una veintena de lesionados por balas de goma y a 84 heridos por disparos de munición real, más de la cuarta parte de estos en Nablus.
En los últimos días, otro foco de protestas es Tulkarem, donde solo el viernes murieron cuatro palestinos por disparos israelíes.
Paralelamente han aumentado los ataques de colonos israelíes de ideología ultraderechista, afincados en Cisjordania, a la población civil palestina, con un resultado por ahora de 5 víctimas mortales, amén de numerosos heridos, casas dañadas y olivares o plantaciones perjudicadas.
La OCHA ha registrado 67 ataques de colonos contra palestinos desde el 7 de octubre, incluyendo disparos con munición real contra personas y propiedades, a veces con el respaldo de las fuerzas de seguridad israelíes, una media de ocho ataques al día frente a los tres de media habituales durante el año en curso.
Esta violencia es desde hace décadas una táctica habitual de los colonos israelíes que han construido unos 130 asentamientos el territorio ocupado, ilegales bajo la ley internacional, pero regularizados por Israel, que cubren casi el diez por ciento del terreno de Cisjordania, dispersados entre las aldeas y ciudades palestinas.
A esto se suma un centenar largo de “avanzadillas”, núcleos que no están reconocidos por la legislación israelí y cuyo objetivo declarado es ir ocupando terreno, con el fin último de desplazar toda la población palestina de Cisjordania e incorporar el territorio a Israel como tierra habitada solo por judíos.
El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, él mismo colono, anunció poco después del ataque de Hamás, que dejó a más de 1.400 muertos en Israel, que su organismo distribuiría 10.000 armas de fuego, así como chalecos antibalas y cascos, a los civiles israelíes, especialmente a los residentes en Cisjordania.
“Cambiaremos el mundo para que se protejan los asentamientos; he ordenado armar masivamente a unidades de reserva civiles para proteger los asentamientos y las ciudades”, afirmó el ministro.
La ley permite a los colonos a “asistir a las fuerzas de seguridad en la tarea de mantener el orden”, y en la práctica funcionan como un grupo paramilitar, cuyos miembros casi nunca son juzgados si cometen homicidios contra palestinos.
El viernes, la ONG israelí B’Tselem difundió un vídeo filmado en el distrito de Hebrón, en el sur de Cisjordania, donde se ve a un colono disparando a bocajarro un palestino desarmado ante un soldado israelí que no reacciona.
A consultas de EFE, el Ejército israelí aseguró que la Policía israelí confiscó el arma del sospechoso y abrió una investigación. No concretó si hubo un arresto o no del atacante, igual que tampoco consta que se detuviera a colonos que los días anteriores pudieron estar implicados en la muerte de los seis palestinos.