Los combates se recrudecieron de nuevo este sábado en la Franja de Gaza, cuyos habitantes, agotados por los desplazamientos constantes y la escasa ayuda humanitaria, están desesperados por que termine la guerra entre Israel y Hamás, que entra ya en su 13ª semana.
En el sur del territorio, el humo se elevaba el sábado sobre la ciudad de Jan Yunis, mientras que en Rafah, en la frontera con Egipto, los gazatíes siguen hacinándose, tratando de ponerse a salvo de los incesantes bombardeos de Israel.
Un corresponsal de la AFP informó de bombardeos de artillería continuos durante la noche en Rafah y Jan Yunis.
“La guerra continuará durante unos cuantos meses”, aseguró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una rueda de prensa el sábado por la noche.
“¡Ya basta de esta guerra! Estamos totalmente exhaustos. Nos desplazamos constantemente de un lugar a otro con este frío”, exclamó Um Louay Abu Khater, de 49 años, en un campamento de Rafah.
“Día y noche nos caen bombas encima. Esperamos misiles (en cualquier momento) mientras otros se preparan para celebrar el Año Nuevo”, lamentó la mujer.
Pese al creciente rechazo internacional, el ejército israelí mantiene su ofensiva e informó de “encarnizados combates” y ataques aéreos en el estrecho y asediado territorio palestino.
En Beit Lahia, en el norte de Gaza, “las tropas desmantelaron dos complejos militares de Hamás”, se indicó el sábado en un comunicado castrense, y decenas de “terroristas” murieron en la ciudad de Gaza.
El secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, reafirmó el viernes su llamado a “un alto el fuego humanitario inmediato” y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de la creciente amenaza de enfermedades infecciosas.
Israel inició el 7 de octubre una devastadora campaña aérea y terrestre que ha matado a al menos 21.507 personas, la mayoría de ellas mujeres y menores de edad, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás.
La guerra en Gaza empezó con los sangrientos ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre, que dejaron 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP con base en cifras israelíes.
El movimiento islamista palestino también tomó unos 250 rehenes, más de la mitad de los cuales permanecen en Gaza.
Según el ejército israelí, 168 de sus soldados han muerto en el territorio.
Más de 1.000 personas se manifestaron el sábado por la noche en Tel Aviv en apoyo a los rehenes y pidiendo que “vuelvan a casa”.
Las fuerzas armadas del Estado hebreo publicaron el sábado un video de túneles de Hamás, equipados con electricidad, sistemas de ventilación e incluso salas para rezar, que el ejército israelí había destruido el viernes.
El gazatí Ahmed al-Baz, de 33 años, aseguró que el año que concluye ha sido “el peor de [su] vida”.
“Fue un año de destrucción y devastación. Pasamos por el infierno y conocimos a la misma muerte”, relató. “Solo queremos el fin de la guerra y comenzar el nuevo año en nuestras casas, con una tregua declarada”.
Mientras, los mediadores internacionales siguen esforzándose por lograr una nueva pausa en los combates.
El medio de comunicación estadounidense Axios y el sitio web israelí Ynet, citando a funcionarios israelíes anónimos, indicaron que, según los mediadores cataríes, Hamás estaría dispuesto a reanudar las conversaciones sobre nuevas liberaciones de rehenes a cambio de un alto el fuego.
El viernes, una delegación de Hamás llegó a El Cairo para discutir un plan egipcio que contempla treguas renovables, la liberación escalonada de prisioneros palestinos y, por último, el fin de la guerra, según fuentes cercanas al movimiento islamista.
Israel no comentó formalmente el proyecto, pero el primer ministro Netanyahu afirmó el jueves a las familias de los rehenes que están “en contacto” con los mediadores egipcios y que trabajan “para traerlos a todos de vuelta”.
Según la ONU, más del 85% de los 2,4 millones de gazatíes han dejado sus casas y muchos pasan hambre y se ven obligados a refugiarse de la lluvia en carpas improvisadas.
Israel impuso un asedio al territorio que provocó escasez de comida, agua potable, medicamentos y combustible. Las caravanas de ayuda solo alivian esporádicamente su situación.
Según la OMS, cerca de 180.000 personas padecen infecciones respiratorias altas y se han registrado 136.400 casos de diarrea, la mitad entre niños menores de cinco años.
Sudáfrica, apoyo de larga data de la causa palestina, solicitó el viernes a la Corte Internacional de Justicia iniciar un proceso contra Israel por “acciones genocidas contra el pueblo palestino en Gaza”. Israel rechazó estas acusaciones.
Por su parte, Estados Unidos anunció el viernes una venta a Israel de munición explosiva de artillería por 147,5 millones de dólares.
“Es una prueba clara del apoyo total de la administración estadounidense a esta guerra criminal”, denunció Hamás en un comunicado.
El conflicto en Gaza también acentuó la violencia en el otro enclave palestino, en Cisjordania ocupada, donde al menos 317 palestinos murieron desde el 7 de octubre.
Soldados israelíes mataron el sábado cerca de Hebrón a un palestino que presuntamente atacó un puesto militar con su vehículo, según las fuerzas armadas del Estado hebreo.
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Además, la guerra intensificó las tensiones en la región.
Bombardeos aéreos “probablemente israelíes” acabaron con la vida de 23 combatientes afines a Irán e hirieron a unos 20 en el este de Siria, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).