Un maestro escolar encontró en el patio de su casa una pieza faltante del Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines, que sufrió la semana pasada una explosión en pleno vuelo, provocando que se desprendiera una ventanilla y parte del fuselaje y se viera obligado a aterrizar de emergencia en la ciudad estadounidense de Portland, Oregón.
Se trata de un tapón de la puerta del fuselaje de la aeronave, un elemento que los investigadores estaban buscando y consideran clave para esclarecer las causas de la despresurización. Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU., detalló el pasado domingo, citada por medios locales, que el objeto fue hallado por un hombre en el patio trasero de su vivienda en Portland.
Según se reporta, el maestro tomó dos fotografías del tapón de la puerta y las envió al correo electrónico que difundieron las autoridades a la ciudadanía para que los ayudaran a localizar la pieza faltante. Asimismo, la funcionaria reportó que otras dos personas encontraron dos teléfonos celulares que se habrían caído del avión, que llevaba a bordo 171 pasajeros y seis tripulantes.
Sin embargo, Homendy no brindó información sobre qué pudo haber causado que el tapón de la puerta se desprendiera de la aeronave, ni señaló componentes mecánicos específicos que pudieran haber fallado.
Inmovilización temporal
En ese contexto, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó el pasado sábado la inmovilización temporal de determinados aviones Boeing 737-9 MAX operados por aerolíneas estadounidenses o en su territorio.
Esta no es la primera vez que se ordena mantener en tierra aparatos 737 MAX, el modelo más vendido de Boeing. Tras los dos accidentes mortales que en 2018 y 2019 costaron la vida a 346 personas en Etiopía e Indonesia, vinculados a un ‘software’ de cabina mal diseñado, este modelo de avión fue inmovilizado durante 20 meses en todo el mundo.