El opositor ruso Alexéi Navalni, de 47 años, ha muerto en prisión este viernes, según ha informado la agencia rusa estatal RIA Novosti. El conocido disidente se sintió mal después de una caminata y casi inmediatamente después perdió el conocimiento, según la agencia, que cita al departamento del Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamal-Nenets.
Según una nota de esta institución penitenciaria, los médicos llegaron rápidamente y “se llamó a una ambulancia”. “Se llevaron a cabo todas las medidas de reanimación necesarias, pero fracasaron. Los servicios sanitarios de emergencia confirmaron la muerte del preso.
Se están determinando las causas de la muerte”, añade el comunicado. Navalni, el político disidente ruso más prominente, crítico con el Kremlin incansable, al frente de campañas de investigación para destapar la corrupción de la era Putin, llevaba entre rejas desde enero de 2021.
En diciembre, los colaboradores del disidente hicieron sonar todas las alarmas cuando perdieron el contacto con Navalni durante casi tres semanas, en las que estuvo en paradero desconocido.
El día 25, su portavoz, Kira Yarmish, informó de que había sido trasladado a la colonia penal IK-3 de Jarp, en la región de Yamal-Nenets, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú y a unos 60 kilómetros al norte del círculo polar ártico, donde se registran temperaturas de varias decenas de grados bajo cero.
Esa prisión, conocida como la colonia Lobo Polar, está considerada una de las más duras de Rusia y está destinada a los presos condenados por delitos graves. La cárcel se fundó en la década de 1960 como parte del sistema de gulag de campos de trabajos forzados soviéticos.
Navalni, nacido en Butyn, en la región de Moscú, era el líder de mayor ascendencia de la oposición rusa. Fue condenado a nueve años en marzo de 2022 en una “colonia penal de régimen estricto” en un caso de fraude que sus seguidores aseguran que ha sido fabricado por el régimen de Putin.
Los fiscales le acusaron de robar unos 4,36 millones de euros en donaciones entregadas a sus organizaciones que ahora han sido prohibidas por el Gobierno ruso, incluida su fundación anticorrupción Plataforma contra la Corrupción (FBK).
El pasado 4 de agosto recibió otra condena de 19 años por apoyar el extremismo. La pena se sumó a la anterior y a otra de 2,5 años emitida en 2021 por el desvío de fondos en el denominado caso Kirovles, que se remonta a 2013. La defensa del opositor, así como sus seguidores, afirman que este último caso ha sido fabricado para mantener a Navalni lejos de la esfera política por un periodo aún más prolongado de tiempo. Además, la declaración de su movimiento político como “extremista” ha intensificado su aislamiento político.
El político opositor fue detenido nada más aterrizar en Moscú en enero de 2021 por violar la libertad condicional. Navalni regresaba tras pasar varias semanas hospitalizado en Alemania, en donde llegó a estar en coma tras ser envenenado, en un episodio en el que se adivinó la mano del Kremlin, según los servicios de inteligencia occidentales. Pese a su estado de salud, la justicia rusa consideró que el opositor tenía que cumplir con los términos de la libertad condicional por un caso que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había considerado un “proceso arbitrario”.