La escena de una mujer llevando a un cadáver en una silla de ruedas al banco para retirar dinero causó conmoción en Brasil el pasado mes de abril. Su objetivo era obtener 17.000 reales (3.000 euros), una codiciada cantidad que era diecisiete veces más que el salario medio del país. Suficiente motivo para querer hacer un acto así.
Las imágenes de seguridad en los alrededores de la sucursal mostraron con nitidez cómo Erika de Souza Vieira Nunes, de 42 años, sacaba a su tío, de 68 años, del taxi para trasladarle a una silla de ruedas con la ayuda del conductor porque el familiar de esta mujer no se movía. El taxista le ayudó a colocar a su tío porque caía por su propio debido a su estado sin cuestionar demasiado el estado en el que se encontraba.
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Inmediatamente condujo a su tío de 68 años al banco, le sentó en una silla mientras le sostenía la cabeza y le colocó un bolígrafo entre sus dedos instándole a que firmara los papeles del préstamo. El personal del banco sospechó de toda esta situación, llamaron a la Policía y estos a su vez a la ambulancia. Los médicos certificaron la muerte del hombre y Erika de Souza Vieira Nunes fue detenida. Pasó a prisión preventiva durante 16 días, ahora ya ha salido de la cárcel y ha querido hablar para dar la versión de sus hechos.
Tras la trascendencia de estas imágenes, la sobrina ha querido detallar cómo sucedieron los hechos al programa brasileño ‘Fantástico’. Según ella, su tío ya había solicitado por internet retirar el dinero, cuando acudieron al banco ya estaba vivo, sin embargo los médicos explicaron que debido a la rigidez de su cuerpo su tío había fallecido al menos dos horas antes de su llegada al banco.
«No me di cuenta de que mi tío estaba muerto. Es absurdo lo que dice la gente. No soy esa persona de la que habla la gente, no soy un monstruo», explicó Erika de Souza Vieira Nunes para añadir que no sabía si fue los efectos de las pastillas que había tomado ese día le habían afectado. Presuntamente su tío quería el dinero para reformar la casa que compartían.
