En medio de la compleja situación que se vive en el frente nororiental de Ucrania, específicamente en la región de Kharkiv, las autoridades denunciaron el uso de bombas de racimo por parte de Rusia así como la ejecución de civiles, entre otros crímenes de guerra.
El jefe de la Administración Militar de la zona, Oleg Siniegúbov, escribió en su canal de Telegram que “los ocupantes atacaron bárbaramente una aldea de la comunidad de Vovchansk con munición de racimo”, provocando heridas en seis hombres de entre 28 y 50 años: uno de ellos es su homólogo local, Tamaz Gambarashvili y otro está en estado grave en un hospital cercano.
El episodio se produjo en la aldea de Buhaivka, mientras voluntarios y oficiales de emergencia trabajaban asistiendo a los vecinos que, desde hace días, están expuestos a los ataques constantes de Moscú.
A esta denuncia se sumaron las palabras del ministro del Interior, Igor Klimenko, quien apuntó que las Fuerzas Armadas enemigas habían ejecutado a varios civiles en Vovchansk.
“El Ejército ruso está capturando civiles (…) se sabe de las primeras ejecuciones de civiles”, aseguró también en un mensaje en su canal de Telegram y precisó el caso de un vecino que intentó escapar a pie, desoyendo las órdenes de los atacantes, y fue abatido por ello.
A raíz de esto, la Policía Nacional ya ha iniciado las pertinentes investigaciones por posibles crímenes de guerra, que se suman a las tantas otras en curso.
Este jueves, el presidente Volodimir Zelensky viajó a Kharkiv y mantuvo un encuentro con el mando militar local para debatir los próximos pasos en medio de esta “extremadamente difícil” situación aunque aclaró que el escenario no está fuera de su control.
“A día de hoy, la situación está globalmente bajo control” y las acciones enemigas han bajado la intensidad luego de que se frustraran sus intentos de establecerse en esta zona fronteriza pero, de igual forma, siguen produciéndose combates por lo que “estamos reforzando nuestras unidades” para lograr “estabilizar” las posiciones, declaró.