Por Carlos Arturo Guisarre. Durante décadas, entre Arabia Saudita y Estados Unidos había funcionado el Acuerdo Petrodólar, donde la monarquía saudí se comprometía a vender todo su petróleo en moneda estadounidense únicamente, lo que consolidó al dólar USD como la divisa de referencia, mientras que a Saudi Aramco, la petrolera de la nación árabe, la convirtió en la compañía no tecnológica de mayor valor contable del planeta.
Pero el pasado 9 de junio ese acuerdo expiró, BRICS News, la agencia de noticias del bloque de países BRICS, informó que Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita, y su mandatario de facto, planea darle la espalda al dólar, gracias a presiones de su mayor comprador: China.
“Arabia Saudita planea abandonar el petrodólar por el yuan chino en un giro económico hacia las potencias emergentes y alejándose de Estados Unidos. Está considerando negociar algunos futuros con Beijing en yuanes, la moneda china, y casi todas las exportaciones de petróleo se manejan en dólares desde el 8 de junio de 1974″, expresó la agencia de noticias.
Esto fue visto como un impulso para la moneda china y también como un mensaje de Riad, capital saudí, a Washington, de que no estaba contento con la falta de apoyo en materia de seguridad por parte de Estados Unidos, en especial en lo relativo a la guerra civil en Yemen.
Hay señales del hielo diplomático entre Estados Unidos y el que ha sido su aliado más relevante en Oriente Próximo después de Israel. El príncipe heredero bin Salmán envió ayer un mensaje a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en el que “se disculpa por no poder participar” en la cumbre del G7, bajo la excusa de “supervisar la peregrinación” anual musulmana a La Meca, que empieza mañana viernes.