Por Carlos Arturo Guisarre. El Estado dominicano ha disminuido de manera drástica las transacciones de endeudamiento público interno con bancos comerciales u otras instituciones financieras, en un giro hacia las organizaciones multilaterales y gobiernos extranjeros.
De acuerdo con la Dirección General de Crédito Público, una dependencia del Ministerio de Hacienda, la deuda interna que tenía República Dominicana con la banca local era de 1,392.7 millones de dólares USD al cierre del 30 de abril de 2019. En ese sentido, la participación de los bancos dominicanos en los emprésticos al Estado se ha desplomado un 85.93%, puesto que al cierre del 30 de abril de 2024 los compromisos en este renglón eran de apenas 195.9 millones de dólares USD.
Son diversas las razones por las que los bancos comerciales tienen cada vez menos participación en el crédito público. La más destacada es la incursión progresiva de dinero fresco proveniente de los fondos de pensiones, cuyos activos en administración superan el millón de millones de pesos DOP, al cierre del 31 de mayo de 2024, de acuerdo con las estadísticas que reporta la Superintendencia de Pensiones, o SIPEN.
Además, los fondos de inversión de renta fija e inversionistas individuales radicados en República Dominicana adquieren bonos del Ministerio de Hacienda y el Banco Central por medio de plataformas de inversión debidamente reguladas como la Bolsa de Valores de República Dominicana, lo que reduce aún más la presión sobre las instituciones financieras que operan con modalidad de bancos.
Cuando la Dirección General de Crédito Pública se refiere a “bancos comerciales u otras instituciones financieras”, lo que señala son bancos múltiples, bancos de ahorro y crédito, asociaciones de ahorros y préstamos, cooperativas, entre otras modalidades de bancos. En esa etiqueta no entran los seguros, los fondos de pensiones ni los fondos de inversión que, aunque son organizaciones financieras, no realizan actividades de banca, es decir, captar dinero del público para prestarlo a personas particulares.
Igualmente, al menos en teoría, si la banca tradicional local es desplazada del crédito público, tendrá más recursos disponibles para prestar al público, con empréstitos desde hipotecas para adquirir la primera vivienda, pasando por el préstamo personal para comprar muebles o vehículos, hasta la financiación de operaciones empresariales, tales como el desarrollo inmobiliario o el montaje de una tienda.
Además, en su estrategia de deuda pública, el Ministerio de Hacienda señaló que lo que busca es ampliar su portafolio de crédito estatal con organismos multilaterales, tales como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, CAF o el FMI, los más destacados acreedores de República Dominicana en torno a fuentes multilaterales.